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lunes, enero 03, 2011

Conozcamos un poco más sobre Li Ching-Yuen

 
 
-El hombre que llegó a cumplir 256 años-

El 6 de Mayo de 1933 en la página 13 del periódico New York Times, aparecía la esquela de Li Ching-Yuen, un chino que sobrevivió a 23 esposas, dejó 180 hijos y murió a la edad de 256 años. ¿Realidad, un error de la publicación, una exageración…? Algunos investigadores dicen que es cierto. Pero antes, conozcamos un poco más sobre Li Ching-Yuen:

Misterios de una vida
Li Ching-Yuen nació en China en el año 1677, en la provincia de Szechuan durante la dinastía Ching. Fue practicante del Tao y de otras disciplinas de meditación y artes marciales, así como un experto herbolario. Después de servir en la milicia como consejero táctico e instructor de artes marciales, se retiró y pasó mucho tiempo en las montañas cercanas al Tibet, donde recolectó hierbas medicinales que según decía ayudaban a mantenerse joven, vigoroso y saludable.

En 1927 fue invitado a Wann Hsien por su amigo personal el general Yang Sen, quien estaba muy interesado en la fuerza y juventud que tenía Li, a pesar de su avanzada edad. La foto que mostramos en esta anécdota, sería de esa ocasión en la casa de Yang Sen, y es la única foto que se puede conseguir. Al año siguiente Li Ching-Yuen habría muerto a la edad de 250 años (hay versiones que dicen que murió más tarde, a los 256 años de edad). De paso cabe mencionar que el general Yang Sen, quien fue discípulo de Li durante los últimos años de vida de éste, falleció a los 98 años de edad, habiéndose destacado por su vigor y potencia a pesar de su edad.

El caso de Li Ching-Yuen habría sido investigado por Yang Sen, quién publicó un reporte en donde decía que efectivamente la historia era cierta. Por otra parte las personas entrevistadas en 1933, que vivían en la provincia donde tuvo su hogar Li, decían que recordaban conocerlo desde que eran niños pequeños y que no había cambiado mucho desde entonces, incluso muchos de ellos aseveraban que él era amigo de sus abuelos cuando éstos aún vivían. También, supuestamente, el New York Times habría publicado, como comentamos al inicio, esta noticia el 6 de Mayo de 1933 en la página 13. Algo que sería sumamente interesante poder comprobar.

Al momento de su muerte, Li aún mantenía todo su vigor, potencia sexual, agilidad y fuerzas propias de la juventud. Durante su vida habría tenido más de veinte esposas (todo un ejemplo a seguir) y una numerosa descendencia, además de un gran cúmulo de conocimiento y sabiduría propio de un anciano de…¡¡más de dos siglos de edad!!

Un punto interesante a tocar es el de las hierbas que recomendaba y consumía. Li Ching-Yuen usaba gingseng y una poco conocida planta, la Hydrocotyl Asiática Minor. Muchos científicos de la época se burlaron de esto y no le dedicaron atención al tema, pero unos pocos visionarios fueron un poco más allá. 
 
Jules Lepine, bioquímico francés, encontró un poderoso alcaloide de efectos rejuvenecedores en las semillas de dicha planta. Posteriormente se descubrió que tenía un elemento de gran importancia para la dieta humana, el cual no se conocía ni se encuentra en otro lugar, denominado Vitamina X por algunos, bueno para el cerebro y las glándulas endocrinas, además de usarse también extractos de la planta para tratar problemas de circulación y de piel. Esto sería un nutriente fundamental para lograr tal nivel de longevidad, tal como lo logró Li.

Se dice que desde su niñez fue aprendiendo sobre hierbas bajo el alero de importantes herbolarios, que tuvo la suerte de ir conociendo a grandes maestros taoístas que le enseñaron los secretos del Tao, que a la edad de 130 años encontró a un anciano en las montañas del Tíbet, quien era un maestro de alrededor de 500 años y que le enseñó las técnicas que lo ayudaron a vivir tanto… 
 
En fin, un montón de cosas se dicen haciendo un halo de misticismo sobre una historia que parece ser verdad y estar confirmada oficialmente por distintas fuentes. Los descendientes de Li alcanzaban a ser cerca de 200 en el año en que él murió, y muchos de sus discípulos lograron vivir más de 100 años. Las plantas que consumía aún son objeto de investigación, y está comprobado el potente efecto rejuvenecedor del poco conocido elemento presente en la hierba mencionada anteriormente.

Durante más de de cien años, Li continuó vendiendo sus propias hierbas, recogidas por el mismo. Un dato curioso es que tenía las uñas de su mano derecha muy largas, de más de15 centímetros.

En 1930 el profesor Wu Chung-Chieh, decano del departamento de educación en la Universidad de Chengdu, encontró en los registros Imperiales del Gobierno de China dos felicitaciones del emperador a Li Ching-Yuen en 1827 por su 150 cumpleaños y una posterior a los 200 años. Por lo que si este dato es riguroso sería una prueba irrefutable de la edad de uno de los hombres más longevo que jamás haya existido.

El secreto de la longevidad
En un artículo publicado por la revista Time del 15 de Mayo de 1933 titulado “Tortoise-Pigeon-Dog” (Tortuga, paloma y perro), se informaba sobre la increíble vida del maestro Li Ching-Yuen y se citaba la respuesta que daba Li al secreto de su larga vida:

“Mantén un corazón tranquilo,
siéntate como una tortuga,
camina rápido como una paloma
y duerme como un perro”.


Su dieta se basaba principalmente en el arroz y en el vino de este cereal. Y como comentábamos, también consumía gingseng y la planta Centella asiática (Hydrocotyl asiática). Se consume en ensalada, y el jugo de las hojas sirve para la hipertensión arterial, y también como tónico. Un emplasto o cataplasma de hojas se usa para tratar llagas y úlceras.

Por otro lado, cuando el general Yang Sen le pidió consejos para vivir más y mejor, Li le dio tres:
  • Evitar los extremos emotivos, que agotan nuestra energía e impiden el funcionamiento armonioso de los órganos.
  • No apresurarse: todo lleva su tiempo.
  • Practicar ejercicios físicos y de respiración (Chi Kung) cada día.
En principio todos sabemos remedios para poder vivir más y mejor, valdría con que viviéramos en lugares menos contaminados, donde pudiéramos consumir alimentos nutritivos y naturales (sin contaminantes, pesticidas, químicos dañinos, etc.), donde respiráramos aire puro cargado de energía y dónde lleváramos una vida sin estrés ni malos ratos, quizás así todos pudiéramos vivir una buena cantidad de años más de lo que es considerado normal, pero sólo unos pocos privilegiados pueden lograr una vida así.

Si la historia descubierta por Wu Chung-chien en 1930 y relatada por la revista Time y el diario The New York Times es cierta, Li Ching-Yuen superaría en más de 130 años a la mujer más longeva de la tierra, la francesa Jeanne Louise Calment que vivió 122 años y 164 días.

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