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miércoles, enero 19, 2011

DIFERENCIA ENTRE DECRETOS Y MANTRAS



Durante miles de años los místicos han creído que repetir palabras sagradas y oraciones ha sido el trampolín hacia su unión con Dios. Se han valido asimismo de los mantras para tratar dolencias de cuerpo y mente. Los monjes hindúes y budistas los repiten para sanar cualquier males-tar, desde la depresión hasta la fiebre.

Las personas que han experimentado con los decretos y los mantras orientales afirman que los primeros ejercen un efecto mas tangible e inmediato. Marta practico la meditación oriental y los mantras durante veintitrés anos. Repetía el mantra hindú gayatri, uno de los versos mas sagrados del Rig Veda, aproximadamente seis mil veces al dia. Hace varios anos que empezó a utilizar la llama violeta. Ahora repite el mantra de llama violeta «yo soy un ser de fuego violeta! YO SOY la pureza que Dios desea!» tantas veces como puede al día.

«Cantar y decretar son dos cosas distintas», aclara. A su juicio ambas son necesarias, pero dedica la mayor parte del tiempo a decretar. Cantar le brinda un sentimiento de devoción, pero cree que con los decretos se consigue mas, sea cual sea la meta, especialmente la mas importante de los místicos: la unión con Dios. Los decre­tos ayudan a remover obstáculos del camino espiritual, como son el miedo, el orgullo, el egoísmo y la falta de autoestima. «Decretar —explica— es en realidad la fuerza impulsora.»

Margaret renuncio a su cargo de decana en una universidad, para ingresar en un monasterio de budismo zen a causa del estres en el trabajo y en su vida personal. Si bien la rutina de los can­tos y la meditación le proporcionaron cierta curación, llego a la conclusión de que se trataba de una válvula de escape. «Sabia que debía adoptar una actitud mas activa para cambiar mi vida y el mundo», afirma.

Tras abandonar el monasterio, descubrió los decretos y empezó a utilizarlos. Ya lleva diez anos con ellos, y ha aprendido a dirigir la energía de sus decretos para sanar a otras personas y el planeta. «Cuando decretas, haces que Dios trabaje a través de ti», concluye.

Saint Germain y la llama violeta curan un dolor de espalda crónico

Las dificultades que tuvo que atravesar Mariko empezaron a presentarse cuando era adolescente, al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Hija de padres japoneses, nació en los Estados Unidos.

Después del bombardeo de Japón sobre Pearl Harbor en diciembre de 1941, los estadounidenses de origen japonés que Vivian en la costa oeste de los Estados Unidos fueron trasladados a campos de internamiento. Mariko y su familia vivieron en uno de ellos durante tres anos y medio. La jovencita, en lugar de sucumbir al aburrimiento, se ocupo enseñando

Después de la guerra, se convirtió en una emprendedora mujer de negocios. Sin embargo, sentía que le faltaba algo. Así que decidió salir en busca de un maestro espiritual. En un principio creyó que lo hallaría en una universidad, de modo que se matriculo en una. Obtuvo la licenciatura y un master en educación, tras lo cual empezó a dar clases en una escuela publica.

Un día, mientras estaba en una clase, se le presento otro desafió: se lesiono gravemente la espalda cuando estaba montando un mural de anuncios en el aula en la que impartía clases a alumnos superdotados de secundaria.

Estaba de pie encima de una silla, la cual a su vez estaba sobre una mesa. Se dispuso a bajar, pero al trasladar la silla al suelo, le resbalo de las manos y cayo con las patas hacia arriba. Mariko perdió el equilibrio y, al caer, se giro para protegerse el corazón, con lo que acabo aterrizando de espalda sobre las patas de la silla.

Sentía mucho dolor, pero insistió en volver al trabajo enseguida para no perder la primera semana de clase. Lo que había acontecido le pareció el retorno de un karma muy fuerte, del que ignoraba la causa.

Mariko se había criado en la creencia budista, aunque su madre le había ensenado a respetar el cristianismo. Ella piensa que Dios y la deidad budista de la misericordia, Kannon, o Kuan Yin, le ayudaron a superar esas primeras semanas en la escuela.

El ano transcurrió con éxito. La escuela recibió el premio a la excelencia escolar de manos del presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, la lesión que había sufrido en la espalda le continuaba molestando de vez en cuando, circunstancia delatadora de que el karma subyacente no estaba resuelto.

La búsqueda que había emprendido la condujo hasta The Summit Lighthouse. Comenzó a recitar decretos de llama violeta cada día, pero al poco tiempo sufrió una recaída de la lesión. Un día le dio un tirón en la espalda cuando esta­ba moviendo una pesada mesa, mas el dolor no fue tan insoportable como antes. Continuo decretando para transmutar el karma y sintió que los angeles de la llama violeta, junto con Kuan Yin y la Madre Maria, la estaban ayudando.

Poco a poco se le revelo la causa del dolor. Se percato de que habla estado llevando sobre sus espaldas las cargas de otras personas que no le correspondía portar. Con ello se había entrometido en la capacidad de aquellos individuos de superar sus propios problemas y crecer espiritualmente.

«Un día —explica— se me mostró en una especie de diapositivas que se movían despacio ante mis ojos (aunque creo que estaba medio dormida) algo así como una imagen panorámica de mi deuda karmica, la cual guardaba relación con mis lesiones en la espalda. Quizás se refería a varias vidas además de la actual.»

Poco después, Mariko estuvo presente en un dictado de Saint Germain y fue testigo de un milagro de curación. «Pude sentir a los angeles de la llama violeta de Saint Germain reparando y renovando el desgarrón en mi espalda. Primero en dirección vertical y luego horizontal, como si fuera un tejido tricotado, el proceso de curación se fue desarrollando, muy despacio, hasta que el tejido desgarrado de mi espalda fue totalmente regenerado y se completo la curación. No sentí ningún dolor mientras se llevaba a cabo este milagroso proceso curativo. En realidad estaba en la gloria!»

Después de esta experiencia, Mariko volvió a dormir profundamente sin sentir dolor. Ya hace dos años que se curo y ella cree que ha sido para siempre, gracias a Saint Germain y a la llama violeta.

En cuanto empieces a utilizarla llama violeta, descubrirás en ti sentimientos de alegría, ligere, esperanza y regeneración vital, como si el sol de tu ser disolviera las nubes de depresión. [...]

La llama violeta perdona al liberar, consume al transmutar, limpia los registros del karma de otras vidas (saldando con ello las deudas del pasado), equilibra el flujo de energía que hay entre tu y otras corrientes de vida y te lanza a los brazos del Dios vivo.