Invisibilidad
La invisibilidad es la mayor ventaja.
Pero si eres forzado a una confrontación,
Sal a la luz con toda tu habilidad.
Había una vez un vendedor callejero que le vendía fórmulas para el reumatismo a los transeúntes. Era un alegre viejo que estuvo fielmente en su puesto por años. Un día un joven matón comenzó a hostigar al vendedor. El viejo trató por todos los medios de evitar la confrontación, pero eventualmente el matón se convenció de que tenía a un cobarde del que abusar a gusto.
Cuando llegó el momento del ataque, el viejo lo venció con habilidades superiores de boxeo. Significativamente, el viejo no fue visto nunca más. Él había manifestado su superioridad en un momento crítico, pero una vez que se expuso a si mismo, desapareció.
En este mundo competitivo, es mejor ser invisible. Ve por la vida sin presumir, sin atraer la atención sobre ti, o hacer gestos ampulosos. Eso sólo atraerá la hostilidad de los demás. Los sabios logran todo lo que quieren sin despertar la envidia o el desdén de otros. Tienen éxitos sólo con el propósito de cumplir sus íntimos anhelos.
Aún así es inevitable que tengas que probarte en un momento u otro. Cuando ello es necesario, debes reunir todas tus habilidades y hacerlo lo mejor que puedas. Pruébate a ti mismo cuando sea una exigencia, y cuando debas probarte, sé superior. En ese momento, no es el minuto para hablar de filosofía y humildad. Actúa. Haz. Luego desvanecete nuevamente en la invisibilidad.
La invisibilidad es la mayor ventaja.
Pero si eres forzado a una confrontación,
Sal a la luz con toda tu habilidad.
Había una vez un vendedor callejero que le vendía fórmulas para el reumatismo a los transeúntes. Era un alegre viejo que estuvo fielmente en su puesto por años. Un día un joven matón comenzó a hostigar al vendedor. El viejo trató por todos los medios de evitar la confrontación, pero eventualmente el matón se convenció de que tenía a un cobarde del que abusar a gusto.
Cuando llegó el momento del ataque, el viejo lo venció con habilidades superiores de boxeo. Significativamente, el viejo no fue visto nunca más. Él había manifestado su superioridad en un momento crítico, pero una vez que se expuso a si mismo, desapareció.
En este mundo competitivo, es mejor ser invisible. Ve por la vida sin presumir, sin atraer la atención sobre ti, o hacer gestos ampulosos. Eso sólo atraerá la hostilidad de los demás. Los sabios logran todo lo que quieren sin despertar la envidia o el desdén de otros. Tienen éxitos sólo con el propósito de cumplir sus íntimos anhelos.
Aún así es inevitable que tengas que probarte en un momento u otro. Cuando ello es necesario, debes reunir todas tus habilidades y hacerlo lo mejor que puedas. Pruébate a ti mismo cuando sea una exigencia, y cuando debas probarte, sé superior. En ese momento, no es el minuto para hablar de filosofía y humildad. Actúa. Haz. Luego desvanecete nuevamente en la invisibilidad.