Sólo las personas a las que conocemos y que nos crean problemas nos proporcionan verdaderamente la ocasión de practicar la tolerancia y la paciencia. Nuestros enemigos, o más ampliamente, todos aquellos que no nos quieren, merecen pues en realidad el mayor de los respetos, y debemos considerarlos como nuestros profesores más preciados.
[El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama]