El éxito está en saber capitalizar todos esos recursos y no desaprovechar las oportunidades, ni quedarnos fijados en aspectos de la vida que nos retiene la superación o evolución.
Así como las otras especies tienen un programa de crecimiento que desarrollar aún sin nuestra intervención, así los humanos, estamos primigeniamente capacitados para sobrevivir, convivir y llevar una vida de superación.
Estamos regidos por leyes, una de ellas la jerarquía. Todos tenemos de quién depender, mientras otros de alguna manera dependen de nosotros y el sabio equilibrio de esta ley nos hace vivir en paz, crecimiento y perfección.
No tener claro de quién dependemos o que somos “libres”, es un desorden digno de ordenar. Querer resolver nuestras incógnitas existenciales y enigmas sólo a través de la frágil razón es un error. Debemos recurrir a otros recursos que tenemos en nuestro ser como son el instinto y la intuición.
Todos buscamos al Ser Superior
Este ha sido un tema de análisis de todos los tiempos, los hindúes con el Budismo; los chinos el taoísmo y el confucionismo; los griegos y romanos la mitología griega; nuestros pueblos originarios americanos sus deidades y rituales; los árabes y parte de África, con el Islam; Israel a Yahvé o Jehová; Occidente, el cristianismo, ahora en sus diferentes iglesias. Pero todos buscando al Ser Superior.
Es como una memoria intrínseca que tenemos que sólo hace falta que la configuremos dentro de nuestra memoria personal y así se conectará con todo el Universo.
Para activar esa comunicación con el Ser Superior sólo hay que conectarse a Él por medio de la meditación, oración o contemplación. Todos esos modos que la humanidad ha buscado para encontrar al Ser Superior tienen su razón de ser en cuanto al tiempo, cultura y modo de ver el mundo; sin embargo, podemos extraer de todas ellas lo que más nos sirva, tratando de ir de lo simple a lo complejo.
La meditación
Lo primero para encontrar su Ser Superior y saberse comunicarse con él es el silencio, no sólo exterior sino interno. Poner la mente y el espíritu tranquilo. Para realizar eso ayuda buscar el lugar adecuado, tranquilo, con música relajante, incienso o velas aromáticas y tener unas cuantas ideas de lo que queremos profundizar.
Puede ser un mantra, como hacen los yogas o una frase, tipo oración. Puede leer un poema, pasaje de la Santa Biblia o una lectura edificante que le ayude a profundizar sobre el tema. Puede dedicar unos 15 ó 30 minutos y recrearse con ello.
Al final hay que hacer un balance sobre cómo ha estado el ejercicio, si el tema le satisfizo o quedó inquieto, para así ir valorando qué busca su conciencia y cómo puede ir encontrando su Ser Superior. Se recomienda buscar un guía, libros o páginas de Internet que dan orientación sobre este tema.
Oración
La oración es comunicarse directamente con su Ser Superior, desde el punto de vista de la fe. Hay oraciones personales y grupales. Las dos se pueden hacer, sin embargo, la personal es más específica para el crecimiento personal en el sentido que hay una comunicación directa.
Puede buscar frases, versículos de la Santa Biblia, lecturas edificantes o puntos que uno puede preparar y ponerlos a la luz de la fe y dejar que hable. No es sólo para pedir, sino para alabar y agradecer por todos los beneficios recibidos. Nuestro Padre celestial sabe lo que necesitamos cuánto y en qué momento. Las preces, oraciones, misa, culto o servicio religioso es una manera social o grupal de expresar y fortalecer la fe. En todas ellas podemos encontrar el camino para conectarnos con nuestro Ser Superior.
Contemplación
Esta es la manera más elevada para concentrarte con tu Ser Superior. Es cuando la persona o su espíritu se conectan, por medio de la naturaleza y las personas. Este estado elevado de comunicación con el Ser Superior es el que alcanzan los santos, yoguis o personas sin relevancia social que viven una espiritualidad muy profunda.
Quien alcanza el grado de contemplación no razona, no tiene tiempo, no está pendiente del entorno, no necesita comunicar lo que siente, sólo vive el gozo o la consolación de estar con su Ser Superior y lo ve en todo. Lo único que se necesita es empezar a meditar y orar.