
En varias religiones y culturas, los dragones tienen un gran significado espiritual. En Asia, los dragones eran y siguen siendo reverenciados como represetantes de las fuerzas primordiales de la naturaleza, la religión y el universo. Ellos son asociados con sabiduría -se dice que son más sabios que los humanos- y longevidad. De los dragones también se dice que poseen alguna forma de magia u otro poder supernatural, y con frecuencia son asociados con pozos, lluvias y ríos.

Quetzalcóatl, fué para los antiguos mexicanos, una figura que une el espíritu y la materia. El quetzal representa el deseo del espíritu por ascender a lo más elevado trascendiendo los límites de la existencia corpórea. La serpiente representa las energías de la tierra y al Ser enraizado en su realidad física siguiendo los ritmos y ciclos de la naturaleza. Quetzalcóatl es un símbolo de la unión entre el cielo y la tierra, e incluso la unión de los opuestos. También se dice que, al reconocer la dualidad de la existencia y la posibilidad de unión, la serpiente emplumada (serpiente voladora, pariente del dragón) representa conocimiento y sabiduría.
En el Budismo, hay varios nāgas famosos; entre ellos Mucalinda, la

Nāgas , también figuran en la historia de Machig Labdrön, la famosa Yoguini Tibetana quien originó la práctica Chöd, de la cual deriva a su vez la práctica contemporánea "Alimentando tus Demonios". La leyenda nos dice que al alcanzar un estado de pureza indescriptible, Machig ascendió a la copa de un árbol. Los nāgas, habitantes del mismo, se sintieron ofendidos por lo que consideraron una osadía y confabularon en contra de ella. Al darse cuenta, Machig se ofrece a si misma a los nāgas, sin temerles. Ellos se dan cuenta de su estado de perfección, y se convierten en sus aliados.
Independientemente de si los dragones existieron/existen o no , es claro que son una metáfora de Sabiduría. Y esta es una sabiduría que se manifiesta después de que uno ha escuchado una voz. ¿De dónde proviene esa voz?
En el caso de Merlin de una caverna, lo cual la convierte en una metáfora de interno o interior, así como también de profundidad. Entonces, se puede decir que la Sabiduría se manifiesta después de haber escuchado y seguido un llamado que proviene de lo más interno y profundo del Ser; de un llamado que proviene de una parte que sabe, que conoce y que ultimadamente resuena con lo que es cierto, verdadero, profundo y último en el Universo.

La Sabiduría se manifiesta cuando ocurre la integración de la energía psicofísica del individuo (este evento es representado en la historia de Machig). La integración da lugar a un vuelco total en el asiento más profundo de la conciencia. Cualquier energía bloqueada, estancada o dirigida a algún propósito innoble, se libera y está a disposición del Ser para ser utilizada con un sólo propósito: beneficiar a todos los seres sintientes -el beneficio propio es una ganancia colateral!
El llamado del Dragón es pues una metáfora de la voz-guía interior. No se trata de una voz cualquiera. Tal vez no sea ni tan siquiera una voz -en el sentido literal de la palabra. Es una voz portadora de visión y misión de vida. Es una voz que si la escuchamos, nos puede guiar sabiamente, con convicción y honestidad. Es una voz que si la escuchamos, puede llevarnos a ver el fin de poderosos y desgastantes conflictos internos. Es una voz que si la escuchamos, puede terminar con la duda, la sozobra y el miedo. Es una voz que nos conectará con nosotros mismos, con lo que más valoramos y apreciamos en esta vida, que nos permitirá vivir más en paz y armonía con nosotros mismos y los demás.
Se trata de un llamado , que no podremos escuchar en medio del ruido cotidiano. Es un llamado que sólo podremos escuchar en quietud y momentos de propicia soledad. Es un llamado que si no es escuchado, y seguido puede traer una sola consecuencia: el desperdicio de la vida misma.
Es por ello que no se trata de un llamado que nos reconfortará y hará sentir cómodos de inmediato. Es un llamado que nos conmoverá, que nos incomodará, que incluso nos dolerá. Esto es porque está en la naturaleza intrínseca de la Voz del Dragón-Gurú, subvertir el orden de las cosas cotidianas. Una vez que uno empieza a escuchar el llamado, la vida empieza a alinearse con el orden natural de las cosas y el universo.
Pero una vez que se escucha y sigue , la Voz del Dragón nos permitirá liberarnos de bagajes innecesarios y de las impertinencias de un Ego insorportable. Y siguiendo con la metáfora de Merlin, tal vez sea posible llenar nuestra vida de magia una vez más. Poniendo los ingredientes correctos y susurrando las palabras precisas, es posible que lo aparentemente imposible suceda.