Lo profano es lo sacro.
La mente diaria es la mente del Buda.
Al despertarse.
Hay que empezar el día con una sonrisa,ya que tengo el regalo de 24 horas nuevas para mí. Decido vivirlas con plenitud, ver a todos, con los ojos de la compasión.
Preparando la comida.
En los vegetales frescos veo un sol verde.
Todos los Dharmas se juntan para hacer posible el milagro de la vida.
Sirviendo la comida.
En esta comida veo claramente la presencia de todo el universo manteniendo mi existencia.
Las cinco contemplaciones.
Esta comida es el regalo de todo el universo –la Tierra, el cielo y mucho trabajo duro.
Hay que comer con atención de manera que podamos ser dignos de recibirla.
Es necesario que transformemos nuestros estados mentales poco hábiles y aprendamos a comer con moderación.
Solamente debemos ingerir alimentos que nos nutran y prevengan la aparición de enfermedades.
Aceptamos estos alimentos para poder llevar a cabo el camino del entendimiento y el amor.
Contemplando la comida.
Este plato de comida, tan aromático y apetitoso, también contiene mucho esfuerzo y sufrimiento. Esto nos puede ayudar a ver siempre el lado positivo de las cosas.
Empezando a comer.
Con el primer bocado, prometo ofrecer alegría.
Con el segundo, prometo ayudar a aliviar el sufrimiento de los demás.
Con el tercero, prometo ver el gozo ajeno, en el mío propio.
Con el cuarto, prometo aprender el camino de desapego y ecuanimidad.
Terminando mi comida.
El plato está vacío. Mi hambre satisfecha.
Pero de ahora en adelante conscientemente me esforzaré en vivir, por el beneficio de todos los seres.
Tomando té.
Manteniendo la taza de té con mis dos manos consigo focalizar mi atención.
Mi mente y cuerpo moran en el aquí y el ahora.
Lavando los platos.
Lavar los platos, es como bañar un Buda bebé.
Preparando la comida.
En los vegetales frescos veo un sol verde.
Todos los Dharmas se juntan para hacer posible el milagro de la vida.
Sirviendo la comida.
En esta comida veo claramente la presencia de todo el universo manteniendo mi existencia.
Las cinco contemplaciones.
Esta comida es el regalo de todo el universo –la Tierra, el cielo y mucho trabajo duro.
Hay que comer con atención de manera que podamos ser dignos de recibirla.
Es necesario que transformemos nuestros estados mentales poco hábiles y aprendamos a comer con moderación.
Solamente debemos ingerir alimentos que nos nutran y prevengan la aparición de enfermedades.
Aceptamos estos alimentos para poder llevar a cabo el camino del entendimiento y el amor.
Contemplando la comida.
Este plato de comida, tan aromático y apetitoso, también contiene mucho esfuerzo y sufrimiento. Esto nos puede ayudar a ver siempre el lado positivo de las cosas.
Empezando a comer.
Con el primer bocado, prometo ofrecer alegría.
Con el segundo, prometo ayudar a aliviar el sufrimiento de los demás.
Con el tercero, prometo ver el gozo ajeno, en el mío propio.
Con el cuarto, prometo aprender el camino de desapego y ecuanimidad.
Terminando mi comida.
El plato está vacío. Mi hambre satisfecha.
Pero de ahora en adelante conscientemente me esforzaré en vivir, por el beneficio de todos los seres.
Tomando té.
Manteniendo la taza de té con mis dos manos consigo focalizar mi atención.
Mi mente y cuerpo moran en el aquí y el ahora.
Lavando los platos.
Lavar los platos, es como bañar un Buda bebé.