Jacob Jordaens
El asunto se centra concretamente en una ofrenda a Pomona, diosa protectora de las cosechas y de los jardines. Ante ella comparecen ninfas y sátiros junto a una muchacha campesina que personificará a la humanidad agradecida. Aunque la influencia de Rubens sea patente, en este cuadro se aprecia muy bien que Jordaens siguió además a otros maestros, especialmente de la corriente italiana que deriva de Caravaggio. En esa línea se ha de clasificar su práctica del claroscuro. Se ha de destacar el colorido cálido y luminoso, el toque seguro, la pasta mórbida que da a los tonos una suntuosidad aterciopelada.