La paciencia trabaja con el tiempo.
Con el tiempo, todo lo que
habéis vivido, incluso los momentos más difíciles, pueden
llegar a ser una fuente de enriquecimiento y de alegría. Nada,
en efecto, sucede por casualidad, todo tiene un sentido, pero os
corresponde a vosotros encontrarlo. En el momento en el que
experimentáis un sufrimiento, cualquiera que sea su naturaleza,
que vuestro pensamiento no quede fijado en él, ligado a él.
Proyectadlo hacia el futuro diciéndoos que pronto habréis
olvidado lo que ahora os hace tanto daño o, si es imposible
olvidarlo, lo veréis bajo otra perspectiva. Cuándo se sabe
cuánto nuestros estados interiores pueden modificarse con el
tiempo, se soportan muchas más cosas.
Para desarrollar la paciencia, existen también ejercicios
prácticos que podéis hacer. Por ejemplo, lavaros las manos y
tocaros inmediatamente las orejas estirando suavemente los
lóbulos hacia abajo. He ahí otro método: de vez en cuando,
masajearos el plexo solar en el sentido de las agujas del reloj.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Durante la oración, habla el hombre y escucha el cielo.
Durante la meditación, escucha el hombre y habla el cielo.
Proverbio taoísta