Durante el sueño podemos familiarizarnos con la muerte, porque existe un proceso de "disolución" análogo.
En cierto modo, las personas que meditan "ensayan" mediante la utilización del sueño, de tal manera que se familiarizan con los procesos de disolución y se entrenan para reconocer los signos asociados a sus diferentes niveles.
[El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama]
Es posible encontrar circunstancias en las cuales la motivación de base pueda ser compasiva, pero cuyo catalizador inmediato o factor de motivación sea la cólera, que es en si misma una fuerza del espíritu muy grande.
Debemos tomar en consideración que en nuestra percepción de la realidad existen distintos niveles de divergencia, sobre todo entre aquello que percibimos y la manera en que las cosas y los acontecimientos se desarrollan realmente.
El papel más importante de todo practicante religioso es examinarse en su fuero interno, intentar transformar su cuerpo, su palabra y su espíritu, y obrar según las enseñanzas y principios de la tradición religiosa que sea suya.
Cuando nuestra motivación es pura y sincera, todo lo demás viene rodado.
Podemos desarrollar una actitud justa hacia los demás a partir de la amabilidad, el amor, el respeto y sobre la base de la plena comprensión de la unidad de todos los seres humanos.
Por encima de todo debemos pensar en los demás, antes de pensar en nosotros mismos: el "yo" debe colocarse en segundo plano.
Todos nuestros hechos y gestos, todos nuestros pensamientos deben estar motivados por la compasión.
Para conseguir esa perspectiva debemos aceptar el simple hecho de que aquello que deseamos lo desean de igual manera los demás.