La repetición de los principios, más allá de su clara connotación ética, te permitirá desarrollar sus cualidades: potenciar un hábito positivo es la mejor manera de equilibrar aspectos no deseados de nuestra vida.
Reiki produce una apertura en quien lo recibe, que le aclara dentro de sí mismo qué necesidades tiene, si de verdad quiere quedarse en el lugar donde está ahora su vida o desea avanzar.
Si enviamos Reiki a distancia, se da una conexión distinta a la que habitualmente solemos tener con los demás.
Reiki fluye cuando nuestra intención es de corazón a corazón, de alma a alma, y no una intención especulativa, ni porque uno quiera ganar o lograr cosas, sino hacerlo desde una posición distinta, desde un pedido más del alma que de la mente.
Yo lo deseo de verdad, pero mi alma también lo tiene que desear de la misma manera porque esa es la frecuencia en la que trabaja la energía Reiki y no en la parte consciente.
Para que se manifiesten en el plano Tierra aquellas cosas que buscas como objetivo, necesitas trabajar con la energía Reiki, y para eso tienes que situarte.
De hecho, la posición Gassho te lleva a vivenciar más claramente en las manos y en el cuerpo esta energía y eso te da más seguridad.
Cuando te colocas en la posición Gassho y empiezan a verse resultados, se incrementa la confianza en lo que estás haciendo y eso se traslada y traduce en el objetivo sobre el cual estás mandando Reiki a distancia; al que le estoy ofreciendo así más energía y más posibilidades de concreción.
