Son los causantes del desbalance energético y liberan emociones negativas como el miedo, la ira y la preocupación, y algunas negativas como el amor y al alegría.
Estas sensaciones actúan con gran fuerza sobre el plano físico y espiritual y el alma en forma equitativa.
Cuando no se presta la suficiente atención a estas emociones se produce un desequilibrio, como demuestran claramente los bloqueos de energía vital y los síntomas de enfermedad resultantes de esto.
Estos bloqueos de energía son los responsables de las enfermedades. Pueden ser eliminados gracias al trabajo del sistema de chakras, los centro energéticos sutiles del hombre.
Esta palabra proviene del sánscrito y significa círculo o rueda.
En realidad, se trata de pequeños torbellinos de energía que vibran en nuestro cuerpo en frecuencias muy diferentes.
Según cuál sea su intensidad, los chakras absorben o se desprenden de energía, fortaleciendo o debilitando el organismo humano.
Además, cumplen la función de distribuir la energía en los campos físico, anímico y espiritual.
Dicho de otra manera: nuestro humor, nuestra salud y nuestra paz interna dependen de la forma en que nuestro sistema de chakras distribuye o se deshace de la energía