Se trata de un programa de siete prácticas a las que es recomendable dedicar dos semanas a cada una antes de pasar a la siguiente para asegurar el éxito del ejercicio, lo planteamos de esta forma aunque tú eres quien realmente sabrá cuando está asimilada.
Práctica nº 1
LA RESPIRACIÓN:
Puedes practicar cuando te acuestas, te resultará más fácil comenzar en una posición tumbada y te ayudará a conciliar el sueño.
Acomódate boca arriba, relaja el cuerpo sintiendo cómo se hunde plácidamente en la superficie sobre la que te encuentras, observa ahora tu respiración, cómo el aire entra por la nariz llenando tus pulmones y cómo te relajas más todavía con cada espiración, mantén tu atención durante unos minutos de esta forma con el fin de relajarte completamente. Coloca ahora tus manos sobre el abdomen si te resulta cómodo, si lo prefieres coloca un libro, una almohada o algún objeto con cierto peso.
Cuando inspires debes empujar con el vientre hacia arriba dicho objeto y relajar dejándolo descender con la espiración. Hazlo contando mentalmente hasta tres con la inspiración y contando de nuevo hasta tres con la espiración durante unos minutos. Luego cuenta hasta seis con la inspiración, mantén el aire retenido contando hasta tres y espira con la cuenta de seis.
Practica esto durante unos minutos, el tiempo que te apetezca, poco a poco te resultará más sencillo e incluso disfrutarás con la calma que te proporciona, favoreciendo la relajación después de un día de labor y conciliando el sueño de una manera tan natural como el respirar.
Práctica nº 2
RELÁJATE:
Ya has practicado la respiración abdominal durante dos semanas, seguramente tienes un concepto claro de qué se trata y has adquirido cierta habilidad, todavía debe pasar un tiempo para que te resulte natural, no te pongas metas, el ejercicio que te presento ahora te va a servir de gran ayuda.
Te voy a mostrar aquí cómo utilizar la respiración para lograr un estado de relajación importante, la relajación es el ambiente donde nos tenemos que mover para llevar a cabo trabajos de salud serios, para que nuestra mente tenga total libertad de actuación sobre nosotros mismos, nuestro cuerpo y nuestras emociones. Logrando total calma, dejamos que la naturaleza se encargue de nuestro equilibrio y nuestros ajustes.
Para ello, busca tu posición favorita y calma tu mente, sé consciente de que vas a dedicar ese tiempo a relajarte, da prioridad absoluta a lo que vas a hacer, deja de lado cualquier otra preocupación, apártala sabiendo que después le dedicarás tu atención con más tranquilidad. Ahora tu objetivo es la relajación.
Comienza por regular la respiración, practica con calma la respiración abdominal observando cómo se lleva a cabo, cómo el aire entra llenando tu vientre y cómo sale, más cálido, siente su humedad. Vas calmando poco a poco así tu respiración y tu mente se va introduciendo dentro de esa calma, continúa así unos minutos.
Luego observa la presión que se va generando dentro de tu cuerpo con la inspiración, nota cómo se llena con el aire y se expande creando una suave presión interna, deja que con la espiración tu cuerpo se afloje cada vez más, cada vez que espiras siente que tu cuerpo se afloja y todo su peso se hunde más sobre la superficie en la que te encuentras. Con cada espiración, tu mente se hunde también en un estado más tranquilo, agradable y saludable de relajación.
Mantén tu atención de esta forma el tiempo que seas capaz o hasta quedar dormido si es tu objetivo.
Práctica nº 3
RESPIRA:
Tienes ya una práctica interesante con la respiración y la relajación, ahora vas a empezar a sacar partido a todo ello, vamos a ver cómo utilizar estas herramientas para lograr un mayor potencial energético y mantenerte relajado durante el día, mientras te dedicas a tus quehaceres habituales, te sentirás más vital y te cansarás menos, eliminarás poco a poco la fatiga y serás capaz de controlar situaciones estresantes.
Hasta adquirir cierta facilidad practícalo cuando estés sólo, luego ya lo harás automáticamente en cualquier momento o situación.
Haz lo siguiente: comienza regulando la respiración y, como en el ejercicio anterior, ten conciencia de la ligera presión interna que se genera en tu vientre y en tu caja torácica con la inspiración, luego intenta llevar esa sensación de presión a los muslos y poco a poco a tus piernas y pies, continúa imaginando que respiras también con tus brazos y tus manos, imagina que todo tu cuerpo respira, nota la inspiración y percibe también cómo todo tu cuerpo se afloja al espirar. Respira también con tus huesos y con tus órganos internos, no sólo tus pulmones reciben el aire sino que inunda tu cuerpo por completo.
Puedes practicarlo en tu trabajo, caminando o sentado en tu oficina, en situaciones de estrés, cuando necesites desconectar un momento, solamente introduce tu atención en la respiración y llena tu cuerpo con ella, automáticamente te sentirás lleno de vitalidad y tranquilidad.
De mi experiencia personal te puedo aconsejar que no lo practiques cuando te dispones a dormir, pues vas a generar energía y tu sueño va a desaparecer, te resultará difícil conciliar el sueño. Practica pues por la mañana o durante la jornada, en cualquier momento lo puedes hacer puesto que no requiere posiciones precisas, nadie se dará cuenta de lo que estás haciendo.
Práctica nº 4
SONRIE:
En la práctica del Chi Kung tienen una notable importancia los estados emocionales en que nos encontramos, consideramos cuerpo y mente como todo un conjunto y no entendemos la salud física sin equilibrio emocional, nuestras emociones son una cualidad energética de la que nos nutrimos y nuestro organismo se ve directamente influenciado por ella, una emoción negativa afecta de forma estresante a nuestros órganos llevándolos a la enfermedad.
Puedes generar energía emocional positiva, llenarla de fuerza y de salud y nutrir todo tu cuerpo con ella para mantener tu vitalidad con el siguiente ejercicio:
Relájate, visualiza el rostro de alguien a quien quieres sinceramente, obsérvalo sonriéndote lleno de cariño, sé consciente de lo que significa esa sonrisa para ti, sonríe tú también, hazlo con sinceridad, siente realmente cariño, agradecimiento, satisfacción, siéntete pletórico de alegría, de vida, observa cómo se genera energía emocional dentro de ti, dónde se produce y de qué manera lo hace.
Ya conoces y has practicado el ejercicio de respirar con todo el cuerpo durante dos semanas, ahora eres capaz de llenar todo tu cuerpo con esta sonrisa, deja que esa energía emocional que generas se unifique con la respiración y llena tu cuerpo con ella, haz que llegue y nutra cada célula de tu cuerpo, tus músculos, tus huesos, tus órganos internos y tu piel, disfruta alimentando y rejuveneciendo tu cuerpo y tu espíritu, llénate de vida y de salud.
Práctica nº 5
BEBE DEL CIELO Y DE LA TIERRA:
Muy bien, llevas dos meses de práctica y eres ya un fenómeno, sabes regular la respiración, la mente, utilizas tu intención para generar energía y hasta eres capaz de dar una cualidad emocional a esa energía, es mucho.
Comienzas a disfrutar y a ver sentido al ejercicio, vas notando los beneficios de la práctica, te sientes más vital, más jovial, eres capaz de controlar mejor tus momentos de ansiedad, está muy bien.
Has trabajado tu energía interior y has comenzado a desarrollarla, te estás encontrando contigo mismo. Ahora debes abrirte al exterior, integrarte en la naturaleza y dejar que ella determine tu salud y tu equilibrio como persona, volver a atar lazos que hemos ido soltando con ella hasta el punto de quedarnos al margen, de creernos autosuficientes, así nos va.
Aprovecha el buen tiempo para salir al parque y sentarte en contacto con la hierba. Si no es posible, debes imaginar en un estado óptimo de relajación que ya sabes alcanzar, que te encuentras en la naturaleza, visualiza una bonita escena y ubícate en ella.
Puedes sentarte directamente sobre la hierba o en un banco con los pies bien apoyados en el suelo, siente la fuerza de la gravedad y siéntete firmemente arraigado a la tierra, sé consciente de la energía que contiene, la energía de la que se nutren las plantas directamente y nosotros indirectamente, pasa unos momentos formándote esta idea.
Relaja ahora la respiración e imagina que con la inspiración eres capaz de absorber esa energía, visualiza cómo al inspirar, una oleada de energía saludable sube desde la tierra y llena tu cuerpo como ya aprendiste en la práctica nº 3, nutre todo tu cuerpo con ese “chi” durante unos minutos.
Lleva ahora tu atención al cielo, pasa unos momentos tomando conciencia de la energía que allí se encuentra, las estrellas, los planetas, generan una inmensa energía que llega a nosotros, principalmente del sol y de la luna.
Imagina esa energía como una luz blanca, líquida, que se reúne sobre tu cabeza. Visualízala entrando por la coronilla y llenando poco a poco tu cuerpo como si se llenase una botella, siente todo tu cuerpo lleno de esa luz, cálida, agradable, o incluso que tu cuerpo pierde la condición física y se transforma en luz.
Disfruta, mantén esta imagen mientras te resulte agradable. Termina sin prisa, tomando poco a poco conciencia de tu cuerpo y moviéndote despacio.
Práctica nº 6
UNIFÍCATE:
Has probado a tomar energía del cielo y de la tierra y seguramente ya dominas la técnica a la perfección. En el ejercicio que te presento hoy vas a aprender a unificarte con la naturaleza, a reconocer cómo formas parte de ella y cómo condiciona tu salud y tu estabilidad.
Sitúate como sueles hacerlo para realizar el ejercicio, toma conciencia del cielo y de la tierra, sitúate en la escena, date cuenta del lugar que ocupas en medio de los dos, dedica unos minutos a relajarte y a sentirte identificado con el conjunto, te sientes parte de él.
Tienes ya capacidad para utilizar la respiración y absorber energía de la tierra y del cielo, ahora vas a tratar de hacerlo simultáneamente. Visualiza para ello una esfera en tu vientre, imagina que respiras hacia ella, debes mantener tu respiración y tu atención muy suave en ella.
Ahora, sin prisa, ve dejando que la energía de tierra ascienda con suavidad y se vaya alojando en ella, dedica unos minutos hasta que se estabilice el flujo.
Luego, pon atención a la energía de cielo, deja que de igual manera, descienda por tu coronilla y dirígela a la esfera.
Observa con calma el conjunto, respira con suavidad. Con la práctica lograrás crear un flujo simultáneo e irás dejando que se llene completamente esa esfera, la puedes visualizar llenándose de luz, de colores que te sean agradables, mezclando esos colores para formar una esfera de luz blanca muy brillante.
El secreto está en mantener la mente en calma, entrarás en un estado de conciencia muy tranquilo y agradable, relájate y disfruta.
Práctica nº 7
QUIÉRETE:
Vamos ahora a completar el ejercicio poniendo en juego todos los elementos que has trabajado.
Tomando como base el ejercicio de la “práctica nº 6”, toma conciencia de la escena y sitúate en ella. Bien, ahora vas a sonreír a la naturaleza, vas a generar emociones de cariño, amor y gratitud hacia ella, repasa el ejercicio de la sonrisa y dedica un tiempo a sonreír sinceramente al cielo y a la tierra.
Cuando consigas mantener esa sonrisa, se la hayas ofrecido y notes que la naturaleza entera la ha aceptado, entonces siente como también ella te devuelve la sonrisa, siéntete querido por ella, arropado por su cariño.
Forma ahora la esfera en tu vientre y deja que se vaya llenando de luz, como en el ejercicio anterior, deja que la energía del cielo y de la tierra, cargada de la fuerza emocional que añades, simultáneamente, vayan llenando y mezclándose con suavidad en tu vientre. Sé consciente en todo momento del cariño, de la vitalidad y de la salud que contienen ahora esas energías que llegan a ti.
Llena por completo esa esfera, mantén la sonrisa en ella, visualiza esa luz, blanca, reluciente, cálida. Es posible que al realizar estos ejercicios notes sensaciones de energía, obsérvalas.
Ahora puedes utilizar la respiración (práctica nº 3) para nutrir tu cuerpo con esa energía “chi”, al inspirar visualiza la luz almacenada expandiéndose e invadiendo con calma todo tu cuerpo, llenando por completo, repasando sin prisa tus miembros, tus huesos y tus órganos internos, nútrete completamente sin dejar que desaparezca esa sensación de la sonrisa, sonríe sinceramente saludando a cada parte de tu cuerpo en la que mantengas tu atención, llénate de fuerza, de vida y de salud.
Termina el ejercicio cubriendo con ambas manos tu ombligo, mantén unos minutos la atención en el calor de tus manos, deja que toda la energía que queda dispersa en tu cuerpo se reúna en ese punto y quede ahí almacenada, tendrás una buena reserva que te mantendrá jovial todo el día.
Llegado a este punto, has desarrollado un trabajo serio y tienes un nivel importante en la práctica de la meditación creativa, tienes conciencia de la energía “chi” y una buena base en la práctica del chi kung .