Los movimientos en el Tai Chi no son lentos porque se trate de algo trascendental o porque así lo marca la tradición.
Los movimientos son lentos y pausados para poder realizar cada figura correctamente. En realidad no nos relajamos porque nos movemos de una determinada forma, sino que, es a partir de la relajación donde conseguimos la forma exacta de cómo movernos correctamente.
Para ello será necesario conectar el cuerpo de nuevo, lo que implicará ser conscientes de cada una de las partes individualmente, que se coordinan como una unidad integral con el resto del cuerpo. Nada es independiente, todo tiene relación entre sí y ese concepto es el que nos dará una idea precisa de lo qué es el Tai Chi.
Tai Chi es Estar Atento, Escuchar, Ser Sensible, Adaptar, Absorber, Acompañar, Empujar, entre muchas otras cosas .
Para poder manifestar tales habilidades es imprescindible contar con un cuerpo y una mente relajada. Estar relajado no significa estar flácido, vago, sin energía, muy al contrario de lo que se piensa, la relajación está muy viva y atenta, con la cualidad característica que solo actúa en el momento preciso en que es necesario, ni antes ni después. Para una mente inquieta y desorganizada ese estado es un gran reto, pero para una mente relajada eso es una consecuencia de lo más natural.
Estar relajado significa estar preparado para afrontar cualquier situación, sea física, mental o emocional y ser capaz de integrar la victoria y la derrota por igual, sin distinciones categóricas. Estar relajado permite vivir el presente sin estar anclado en el pasado, ni ser presa del futuro.
La relajación permite la expansión del cuerpo y la mente en todas direcciones simultáneamente, a fin de evitar cualquier forma de tensión, causa y origen de todo mal.
La relajación permite un conocimiento íntimo de uno mismo que ofrece una claridad y determinación muy útil en el contacto y desarrollo con el mundo en general.