Cómo lograr "concentrarse" en las posturas sin que nuestra mente divague y los pensamientos cotidianos invadan ese momento.
En principio, en los momentos de realizar un trabajo corporal, cualquiera sea, muchas veces nuestro cuerpo realiza la acción y nuestra mente está "literalmente" en otro lado. Eso impide que el trabajo sea completo y óptimo, y muchas veces hasta lo perjudica.
Sin embargo, cuando nos esforzamos en "no pensar" parece que nuestra mente se pone mas activa que nunca y los pensamientos se agolpan unos sobre otros...
Es necesario " Centrarse ". Encontrar el propio centro, desde donde surge el movimiento más limpio, y el gesto más sincero.
Justamente el trabajo de Posturas del Chi-kung nos ayuda a encontrarlo. Doy aquí algunas claves:
1- Los pies arraigados pero sin crispar. En la Postura "Del Bambú" y "Abrazando el Arbol", la imagen de raíces que penetran en la tierra, es muy útil.
Luego esta sensación se incorpora de manera natural, para el resto de la secuencia.
2- El Centro Coronario, o Coronilla, proyectado hacia el cielo, nos conecta con la energía universal.
3- La Respiración: en un principio sentirla en el bajo vientre colocando ambas manos por debajo del ombligo: el "Tan-Tien" Centro de energía.
Luego, en todas las Posturas, se puede probar también, un "Patrón respiratorio circular" Imaginando que el aire "sube" a lo largo de nuestra columna hasta el Centro coronario y "baja" por el frente del cuerpo hasta el Tan-Tien.
4- Darse un tiempo para detenerse, "plantarse" en cada Postura. Si aparecen pensamientos que, aparentemente, nada tienen que ver con este momento, imaginarlos como nubes densas que se van disipando poco a poco, hasta desaparecer.
5- Percibir cómo nos encontramos antes del trabajo y después de realizarlo.
Así como la práctica de estas Posturas nos ayuda a encontrar nuestro centro, al mismo tiempo nos permite salir del propio pensamiento y conectar con todo lo que nos rodea.
Las posturas de chi kung son sencillas y estimulan la circulación de la energía, y potencian el bienestar general.
Antes de comenzar, buscamos un sitio al aire libre, donde podamos tomarnos un tiempo tranquilos, si es posible con árboles cerca.
En la realización de cada postura debemos percibir el apoyo correcto de nuestros pies (tripode), podemos imaginar que echan raíces en la tierra, estamos arraigados a ella, y conectados al cielo por el centro coronario (cabeza).
Dejamos que nuestra respiración sea natural.
1- "Postura del Bambú": nos colocamos de pie, con ambos pies juntos, las manos sobre el bajo vientre (Tan Tien), las rodillas destrabadas. Entrecerramos los ojos y dejamos que nuestro cuerpo se balancee, suave, como el bambú mecido por la brisa. Sin forzar ni guiar con la mente.
2- "Abrazando el Árbol": ahora separamos los pies al ancho de la cadera. Los brazos suben lentamente y se colocan a la altura del pecho en un gesto de "abrazo", las palmas de las manos quedan dirigidas al cuerpo, las rodillas semi-flexionadas y los hombros relajados.
Dejamos que nuestra respiración circule.
3- "Sosteniendo el cielo": los brazos se dirigen hacia arriba de la cabeza, las palmas quedan rotadas hacia el cielo y los codos semi-flexionados. Sostenemos.
Luego estiramos suavemente las piernas y al mismo tiempo alargamos los brazos hacia arriba -como si quisiéramos empujar el aire con nuestras palmas- Cuando están estirados del todo, los bajamos - muy lentamente- hasta quedar relajados a los costados del cuerpo.
Quedamos así, un momento, acomodando nuestra respiración.
4- Volvemos a la "Postura del Bambú", acercando ambos pies, llevando las palmas de las manos al Tan Tien, destrabando las rodillas.
Respiramos naturalmente y dejamos circular las sensaciones.
En cada postura podemos quedarnos el tiempo que nos apetece, aunque sin forzar ni crispar nuestros músculos. Con la práctica se vuelven muy confortables y son ideales para percibir nuestra propia energía.
Para terminar la secuencia podemos realizar frotamientos, fricciones o golpeteos, en brazos, piernas, riñones.
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