Bien sabemos que las artes marciales no pertenecen a ningún pueblo ni civilización en especial, pues cada grupo humano posee de manera natural un sistema de formación guerrera a través del cual canalización los valores atemporales del alma.
Su mismo origen se remonta a un concepto más subjetivo que sustenta lo objetivo, es así que la palabra Arte es la expresión humano que nace de una visión particular del mundo, pudiendo a través de esta acercarse a los arquetipos de perfección.
Marcial proviene de Marte, deidad que rige sobre los aspectos de la guerra. La guerra es inevitable y fundamental para un guerrero, siendo un medio para conectarse con su propia naturaleza. “Vuela como un pájaro hacia el trono de la muerte” llevando en una de sus alas el miedo y en la otra el dolor”. Esta presencia constante de la muerte da al guerrero un verdadero sentido de Valor por la vida y de amarla, no con la intención de mantenerla, sino de vivir con tanta intensidad e intrepidez como si fuera el último suspiro.
Traduciéndose así el Arte marcial, como el Arte de la Guerra.
La Filosofía permite darle un sentido profundo y puramente humano a este camino de las Almas Guerreras, en su afán de buscar la verdad, va en busca de la guerra justa, aquella que va acompañada del Valor Heroico y del sentido del Honor.
Esto permite alcanzar a comprender el sentido del Deber de todo guerrero, que no es la de matar, sino la de dar vida, no es destruir, sino construir un mundo mejor para la humanidad, en la medida que esta humanidad logre comprender el sentido de la vida.
Para un guerrero la Vida es la preparación para la Muerte. Es así que el guerrero busca su desarrollo interior y reflejarlo en lo exterior, para esto hace falta una vida moral que la sustente y ahí nace la vida del Filósofo Guerrero, aquel que busca darle un sentido a su saga, a su propio destino.
El Origen de las Artes Guerreras Japonesas.
Todas las cosas tienen un principio, un lugar o estado de conciencia que les da origen. En el caso del origen de las artes guerreras del Japón es algo muy excepcional. Porque vemos que esta cultura guerrera se nutre de varias fuentes, llevando a la perfección todo lo que pueda ser útil para el desarrollo humano.
En mi humilde investigación he descubierto que existió una especie de guerreros de las montañas, que se habían conformado a través de la guía de algunas chamanes conocidos como los UBASOKU (vagabundos) que practicaban ritos sintoístas y taoístas antes de la entrada del Budismo en el Japón, a quienes se le atribuían poderes especiales por las practicas mágicas y el domino que ejercían sobre los espíritus y kamis (deidad sintoísta).
Estos guerreros eran conocidos como los YAMABUSHI (guerreros de las montañas) a quienes se les puede atribuir como la primera casta guerrera del Japón que se desarrollaron en los años 604 y 705 de nuestra era. Esto lo podemos descubrir a través de las crónicos del Shoku Nihon Ghi.
Kobo Daishi en el siglo 8 y 9, funda la religión Shingon que emigró de la India, fue posteriormente utilizado por los Yamabushi. Además de internarse en la naturaleza para entregarse al culto de la religión que comienza a darse paso al sintoísmo y budismo, conocidos con el nombre de Shingon y Tendai que nacen del seno de la Escuela MIKKYO (una derivación del busdismo vajrayana).
Esta búsqueda incansable de superación y liberación humana fue la cuna donde nace la inspiración para las almas guerreras, dando aparición al sistema Kondai del primer ejército japonés, y posteriormente muchas escuelas tradicionales de entre las cuales destacamos la Niten Ichi Ryu, por tratar de la escuela fundada por Miyamoto Musashi.