La Medicina Tradicional China (MTC) se basa en gran parte en el concepto filosófico que el cuerpo humano es un pequeño universo en el que todo está íntimamente conectado y en funcionamiento para mantenerse en armonía.
A diferencia de la medicina alopática, también llamada occidental, que utiliza un concepto anatómico del cuerpo dividiéndolo en partes independientes unas de otras, la MTC pone el acento en el funcionamiento global de la persona en forma integrada con sus emociones, su ambiente, sus actividades diarias, su alimentación, etc.
Las teorías que conforman la MTC tuvieron su origen hace aproximadamente 3000 años a través de la observación meticulosa de la naturaleza, el cuerpo humano y sus diferentes procesos. Las principales teorías incluyen Yin Yang, las cinco fases o cinco elementos, la teoría de canales o meridianos, la teoría de órganos y vísceras, por nombrar algunas.
El concepto de fuerzas opuestas complementarias (yin yang; quietud – movimiento; actividad – pasividad; estructura - función) que rigen el universo y por lo tanto el cuerpo humano, es esencial en la comprensión de la fisiología y la patología de la MTC.
A su vez las técnicas diagnósticas buscandeterminar el desbalance entre éstas dos fuerzas, para poder a través de diversas modalidades terapéuticas, ayudar al organismo a volver a su natural estado de armonía.
Ésta comprensión holística de la persona, permite colocar al paciente en el centro del tratamiento, con todas sus características personales y únicas, evitando tratar enfermedades sino personas de manera integral.
Es importante también comprender que la MTC es un sistema médico completo, que posee su propia forma de comprender la fisiología del ser humano y sus desarmonías. Esto le permite por lo tanto diagnosticar y tratar las diferentes afecciones con sus propios métodos.
La comprensión del ser humano como una parte de un todo mayor es central al estudio de la MTC. El hombre no es un ente separado de su entorno sino más bien una parte más, que por lo tanto se ve afectada no solo por su entorno material, sino por todas las manifestaciones energéticas que lo circundan.
Éste concepto se lleva también al mismo cuerpo humano donde todo está conectado e influenciado por el resto del organismo, así es pues que ninguna patología está confinada únicamente a un órgano o región. Muchas veces esa manifestación ni siquiera se ha originado en el sistema o zona del cuerpo que está manifestándose en ese momento. Esta visión es lo que hace a la MTC una medicina holística, ya que ve al ser humano como un ente completo, una unidad cuerpo-mente-espíritu.
Uno de los aspectos más interesantes de esta disciplina es su manera tan humana de interpretar y tratar las diferentes afecciones. Al ser visto el hombre como un reflejo de su entorno, su fisiología se explica a través de procesos similares a los que suceden en la naturaleza. El diagnóstico utiliza medios tales como la palpación, la observación, la audición y la olfacción, sin la necesidad de complejos estudios deshumanizados.
El tratamiento a la vez es realizado por un terapeuta, utilizando también medios simples como el masaje, los ejercicios respiratorios, la aplicación de calor o de agujas en puntos o zonas particulares del cuerpo. La adecuación de la dieta y otros hábitos también es fundamental a la hora de tratar las afecciones.
Así como el enfoque occidental (medicina alopática) tiene su desarrollo principal en el tratamiento de afecciones agudas, la MTC lo tiene principalmente en las desarmonías crónicas. Éstas poseen su raíz, en gran medida, en los hábitos de la persona, desde su personalidad, las personas con las que se relaciona, su trabajo, su dieta, etc.