Esta planta crece en lugares pantanosos, fangosos, y a pesar de ello su flor surge elevada, fragante, estilizada e impecable. Sus pétalos lanceolados y cóncavos están dispuestos en forma de rayos y contiguos entre sí, ordenados en varios niveles de tal manera que los pétalos superiores cubren los espacios intermedios de los que están inmediatamente por debajo.
La flor de loto es un símbolo de la pureza que surge de entre la inmundicia, recordando la condición del hombre: hecho de material corrompible, su ser puede elevarse hacia planos sublimes.
En el budismo, el esquema de representación gráfica del loto suele ser similar al del laberinto estrella.
La flor de loto en el Budismo
Los budistas, que respetan profundamente esta flor, comparan sus cuatro virtudes:
fragancia, limpieza, ternura y suavidad;
con las cuatro virtudes del reino del Dharma (las enseñanzas del Buddha, El Iluminado): permanencia, regocijo, sí mismo y pureza.
También es comparada con el corazón, y simboliza que todo lo creado lleva en su ser más interno, algo comparable a la flor de loto, desarrollándose.
En la iconografía del budismo Mahayana (que va desde el 150 d.C hasta hoy) hay abundancia de imágenes o esculturas de Gautama Budha
sentado sobre un loto, o coronado por él, o bien sosteniéndolo entre sus dedos. Es de destacar que sus párpados también son dibujados como pétalos de Loto, simbolizando pureza de visión.
En el budismo Hinayana (período que va desde el IV a C. hasta el II d C) no admitía la representación humana del Buddha, pues se dirigía la atención hacia un Buddha Arquetípico y no a una de sus apariciones en el mundo material. Por tanto se alude a él mediante un vacío, o mediante el Dharma-Chakra, la caracola (representativa de la voz del Buddha), el Boddhi (árbol de la iluminación) y fundamentalmente mediante el león Fo, el cual es considerado un guardián y protector del lugar en donde esta escultura se encuentra; es común emplazarlos en la entrada de edificios.
En otro capítulo, sobre el Warid, observe que hay semejanzas entre las ideas de león y guardián.
Uno de los más importantes textos de Budismo Mahayana lo utiliza como título de libro: es el Sutra del Loto, del cual no se sabe con exactitud cuándo fue escrito, aunque ya en 255 d C. se hizo la primera traducción al chino desde lengua sánscrita. El título en sánscrito se conoce como Saddharma Pundarika Sutra, que puede traducirse como "Libro del Loto Blanco de la Enseñanza Genuina" o "libro del Loto Blanco de la Verdad Última". Dentro del conjunto de textos del canon Budista es considerado entre los más importantes, y compila las enseñanzas del Gautama Buddha.
En la iconografía Budista el loto es extensamente utilizado como símbolo de pureza y como símbolo de fuente de contemplación. Tanto por la postura del loto como la representación de muchos de los atributos divinos con rasgos humanos emergiendo del loto. Entrar en una más detallada descripción de momento escaparía a la finalidad de este artículo, baste agregar que en el Budismo Tibetano el Buddha Primordial, Kungtuzangpo (también conocido como Samantabhadra), y su consorte Kungtuzangmo (Samantabhadri), son representados en unión sexual en posición de loto, en un lecho de loto, rodeados por un círculo áureo.
El Gran Buddah de Kamakura (Daibutsu)
Esta estatua de bronce, realizada entre 1238 y 1252, emplazada en Kamakura, Japón, es conocida comoDaibutsu (Gran Buddha) y es una representación de Buddha Amitaba, reverenciado como salvador por una rama budista. La colosal escultura de 14 metros de altura y 860 toneladas que medita en posición de loto, que parece trascendentemente imperturbable en el Nirvana a pesar del paso de los siglos y las generaciones,
está formada por bloques de bronce fundido que encajan unos con otros. El cincelado final se realizó una vez armada la obra.
En principio estaba dentro de un templo de enormes dimensiones (se estima que el salón que lo contenía medía 40 mt x 40mt y 20 mt de alto), el cual fue arrasado en dos ocasiones por vientos y vuelto a construir, y finalmente por un tsunami en 1495 y desde entonces quedó al aire libre.
La Unesco lo ha declarado patrimonio de la Humanidad.
Lo que es relevante al tema en estudio es el ordenamiento de su cabello, representado por 656 rulos hemisféricos y enrollados como caracolas en el sentido de las agujas del reloj. La disposición de éstos en el cráneo en su diseño similar a la estudiada en la cúpula del templo de Venus, dando un diseño similar a la "flor de loto" del Sahasrara Chakra. No he podido encontrar una fotografía que muestre este patrón, aunque personalmente pude apreciarlo en una escultura en miniatura (5 cm. alto) del Buddha de Kamakura hecha en marfil, de unos 150 años de antigüedad.
Algunas Conclusiones
De esto se deriva un dato relevante en lo que concierne a las cúpulas de todos los templos: así como se ha podido encontrar el mismo diseño tanto en una cúpula como en la bóveda craneal, se hace aún más evidente el paralelismo formal y funcional existente entre ambos dentro del simbolismo constructivo: la bóveda hemisférica de un templo representa, como ya se sabe por los estudios de René Guénon, a la bóveda celeste. Aunque además representa, y hace consonancia con, la bóveda craneal, influyendo, de una manera empática, irradiante, sutil e iluminadora, a todo contemplador que ingrese al recinto.
Es decir que la finalidad de este tipo de ornamento no es un mero adorno, sino el de producir un cierto efecto en el ser humano, específicamente en sus más altas capacidades cognitivas. Y se implica también, que la construcción en domo es particularmente resonante con la conformación humana tanto física como psíquicamente, permitiendo establecer por su sola presencia una comunicación y armonización inmediata entre el templo y el peregrino.
La bóveda craneal es precisamente la cúpula del templo que alberga el bien más preciado: la mente.
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