Mazu Daoyi (jap. Baso Doitsu, 709-788)
Mazu Daoyi fue discípulo de Nanyue Huairang (jap. Nangaku Ejô).
Después de Huineng fue el más famoso de los antiguos maestros chan chinos, hasta el punto que Mazu es el único maestro Chan chino posterior a Huineng que llevó el título de "Patriarca" (ch., tsu; jp., so), llamado el "Patriarca de la Casa de Ma" (ma significa 'caballo').
Dos de las más conocidas escuelas tienen su origen en él, la escuela Linji (jp. Rinzai) y la Guiyan (jp. Igyô). La literatura Chan ha entretejido numerosas leyendas alrededor de la figura de Mazu, no obstante, siguen permaneciendo ciertos problemas a la hora de construir una biografía completa.
Mazu fue el primero en utilizar el grito (ch., ho; jp., katsu) como medio de facilitar la iluminación, recurso que después haría famoso Linji (jp., Rinzai). Con Mazu la paradoja se mezcla con la rudeza.
A diferencia de otros maestros chan de su época, Mazu no dejó muchos escritos sobre sus enseñanzas. No obstante, se saben muchas cosas sobre él a partir de las leyendas que reflejan su fuerte personalidad y su gran presencia de ánimo.
Como todos los maestros chan de todos los tiempos, Mazu enfatizó la inmediatez de la iluminación chan. Hizo hincapié en que "la mente es Buda" y "este preciso lugar en el que te encuentras es la talidad". La aproximación "súbita" de Mazu retrotrayó la espiritualidad china hacia "apuntar directamente a la mente", la enseñanza esencial del Zen de Bodhidharma.
Contrastando con el estilo pasivo de meditación practicado en la escuela del Norte, Mazu promovió el Chan dinámico del Sexto Patriarca; su maestro, Nanyue Huairang, le convenció de la futilidad de sentarse simplemente en meditación.
La crónica cuenta:
[Mazu] estaba residiendo en el monasterio de Dembô-in y allí se sentaba constantemente en meditación. El maestro, consciente de que era un buen recipiente del Dharma, se le acercó y le preguntó: -Venerable ¿con qué propósito te sientas a meditar?
Daoyii contestó: -Deseo convertirme en un Buda.
Entonces, el maestro cogió una teja y comenzó a frotarla con una piedra delante de la ermita.
Daoyi preguntó: -Maestro, ¿qué está haciendo?
El maestro replicó: -Estoy puliendo [esta teja] para hacer un espejo.
-Pero, ¿cómo podría hacer un espejo puliendo una teja? -exclamó Daoyi.
-¿Y tú, cómo podrías convertirte en Buda practicando zazen? -replicó el maestro.
El significado de este diálogo es claro: la mente es originalmente pura; meditar con la intención de limpiarla de polvo es tan inútil como frotar una teja para hacer de ella un espejo.