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sábado, diciembre 25, 2010

El proceso de purificación de 21 días


La purificación tiene lugar cuando se trabaja con REIKI como parte de un proceso de sanación. El flujo de energía REIKI a través del cuerpo físico y de los cuerpos sutiles produce una eliminación gradual de “toxinas” físicas, emocionales, mentales y espirituales que estaban alojadas en la memoria celular y que se fueron acumulando en el sistema energético durante años. 
 
Esta acumulación de toxinas es la resultante de experiencias pasadas tales como enfermedades, eventos traumáticos, malos hábitos de vida y de otros agentes contaminantes.

Esta eliminación de toxinas se da en forma suave; sin embargo, la manifestación del proceso de purificación es siempre observable, en algunos casos molesta o incómoda y puede durar horas, días y hasta semanas hasta salir del sistema energético por completo. 
 
Este proceso de purificación se incrementa después de una sintonización o luego de tomar sesiones de REIKI (tratamiento). A este proceso se lo denomina “crisis de sanación”. Es el proceso durante el cual reaparecen viejos síntomas para luego ser eliminados llevando así a la persona desde un estadio crónico, pasando por la etapa aguda del problema a una verdadera sanación. 
 
En el momento en que las toxinas son eliminadas de todos los niveles del individuo, se pueden experimentar los siguientes síntomas: dolor de cabeza, dolor de garganta, síntomas similares a los de una gripe, tos, nausea, constipados, diarrea, etc.

También se producen cambios en los hábitos de sueño: necesidad de dormir más horas o -lo contrario- dormir menos de lo habitual. 
 
Muchas veces brotan a la superficie emociones reprimidas de experiencias previas tales como angustia, temor, enojo, tristeza, ira, frustración. 
 
A veces memorias reprimidas o recuerdos asoman a la superficie permitiendo que el cuerpo y el espíritu sanen. Pueden darse como sensación de vacío o soledad. Otras veces se magnifican patrones mentales antiguos experimentando sentimientos de juicio, culpa, de víctima. A medida que el cuerpo espiritual se purifica, nuestras creencias acerca de la vida, de las relaciones, y de nuestra propia identidad pueden comenzar a tambalear haciéndonos reflexionar sobre las mismas para luego realizar cambios.

Cuando aparecen estas emociones negativas o estos patrones mentales mencionados anteriormente es necesario permitirse observarlos y experimentarlos para luego dejarlos ir. Es de vital importancia permitir que estas creencias limitantes que ya no nos sirven surjan para luego soltarlas. 
 
En este período resulta muy beneficioso leer libros inspiradores o de pensamiento positivo y rodearnos de personas acordes con estas creencias. En lugar de ser síntomas de enfermedad, éstas son señales de una sanación verdadera; es el modo en que purificamos nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu.

La energía REIKI hace que nos concienciemos de estos desequilibrios para posteriormente trabajar sobre ellos.

Nota: En caso de que continúen los malestares físicos o nuestras reacciones emocionales sean poco comunes a lo habitual después de recibir Reiki, es necesario consultar a un médico clínico, psicólogo o psiquiatra ya que REIKI es una técnica complementaria a la medicina tradicional.