La dirección del mudra es un poco inclinado para proyectar tu corazón desde una base de apoyo más firme. Tus hombros y tus codos estan relajados. Te sientes estable.
Este mudra provee fuerza a tus oraciones que nacen desde el corazón.
Este gesto sagrado nos hace recogernos, prestar atención a nuestro interior, creando paz y armonía. En ese lugar sagrado surgen la calma y el equilibrio de manera natural para que nos permitamos expresarnos y relacionarnos desde la gratitud y el respeto.
Por tanto meditemos con este mudra, abriendo el espacio sagrado que reside en el corazón de cada ser humano aclarando ideas para poder sentirnos segur@s de nuestras decisiones.
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