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viernes, diciembre 24, 2010

Ayunos y Curas Depurativas


“Las oraciones conducen a Dios;
el ayuno a las puertas del cielo”

El ayuno y las curas de depurativas constituyen una alternativa universal para crear salud; podemos apreciar que cuando los animales enferman dejan de comer hasta que se reponen; en las antiguas tradiciones, el ayuno era una constante a la hora de promover mecanismos que permitan recuperar la salud, incluso en el Nuevo Testamento se realizan setenta y cuatro menciones sobre este recurso para la salud física y espiritual.

El Dr. A. Vogel en su libro “Normas de Vida”, cita las investigaciones de Renée Taylor con el pueblo hunza; en las mismas pudo observar que entre ellos reinaba la escasez de alimentos al terminar la primavera, puesto que las reservas se agotaban (con excepción de unos frutos secos); ellos solían aprovechar esta época para reposar el cuerpo y reponer las fuerzas físicas.
Actualmente, en nuestra agobiada sociedad de mucho conocimiento y poco sentido común, son aún muchas las personas que creen que una alimentación abundante garantiza una buena salud; cuando una persona está enferma, habitualmente la privamos de luz, aire y alimentos frescos en cantidades moderadas y la sometemos a un “reposo” donde la televisión y la comida abundante constituyen la principal compañía del convaleciente. Cuanta veces hemos escuchado decir a una madre, cuando el niño está enfermo y no tiene hambre, “Tienes que comer para ponerte bueno”; lamentablemente, es en este momento cuando la sabiduría innata que trae el ser humano instintivamente comienza a ser sustituida por un montón de creencias supersticiosas que hemos ido acumulando en los últimos doscientos años.

Quien se presta a ayunar debe saber que el cuerpo puede experimentar molestas, y a veces peligrosas crisis curativas; sin embargo esto no debe amedrentar a nadie para emprender una labor tan importante para la salud, tan sólo informarse y tomar las precauciones del caso para evitar cualquier inconveniente.

Cuanto más grave y delicado es el estado de una persona, mayores precauciones se requieren a modo preparativo; en estos casos, es importante ir eliminando las toxinas más superficiales con cambios en la alimentación hacia un estilo más saludable y, simultáneamente ir alternando curas de estímulo para los emuntorios (intestinos, hígado, pulmones, riñones y piel) de una forma suave; en esta etapa debemos procurar asegurarnos que el paciente tenga una movilidad intestinal regular, con una o dos evacuaciones diarias.

Luego de algún tiempo, variable según los casos, podemos comenzar a aplicar las diferentes técnicas de ayuno o semiayuno. Aunque la definición correcta de ayuno recaería sobre aquel en el cual no se ingieren alimentos y sólo se bebe agua o infusiones, nosotros, con fines prácticos, también los asociaremos con otras curas depurativas que cumplen funciones de gran utilidad cuando deseamos liberar el organismo de toxinas.

Ayuno Total
Esta modalidad suprime todo alimento sólido y sólo permite el uso de agua o infusiones, las cuales deben ser abundantes para garantizar un sustrato de eliminación de las toxinas movilizadas.

En este ayuno, como en todos los demás, debemos prestar mucha atención a la movilidad regular de los intestinos, y en caso que esto no sucediera espontáneamente, ayudarnos con unas lavativas que pueden ir de medio a dos litros.

Personalmente recomiendo una preparación previa para esta práctica y las personas saludables no deberían ayunar más de tres días sin supervisión calificada; aquellos cuya vitalidad está disminuida por una patología, en todos los casos deben recurrir a un profesional.

Cura del Suero de Leche
Uno de los grandes promotores de esta alternativa de salud fue el célebre médico naturista Alfred Vogel; según sus palabras: “el suero de leche es el elemento que purifica más rápidamente”.

Esta forma de ayuno ya era conocida desde muy antiguo, y aunque había caído en el olvido y el descrédito, ha sido nuevamente rescatada y utilizado en la actualidad por numerosos médicos naturistas con excelentes resultados; en la antigüedad, Hipócrates lo recomendaba como complemento de las dietas y elemento de belleza; Galeno lo utilizaba para curar las enfermedades de la opulenta sociedad romana tan proclive a los excesos alimentarios.

El suero de leche es el residuo líquido de la elaboración del queso, y en su estado natural se descompone rápidamente; esta es la principal razón por la que cayó en desuso. Sin embargo, gracias a la unión entre la ciencia y la naturaleza, hoy día es posible hacer llegar esta alternativa a todo el mundo, tanto en forma líquida como en polvo; estos productos, con características similares a su versión fresca, puede adquirirse en centros de nutrición y herboristerías.

El suero de leche ayuda a eliminar las toxinas y líquidos sobrantes; por su contenido en ácido láctico, también ayuda a reequilibrar la flora intestinal. Como “efectos secundarios” positivos, podemos mencionar la pérdida de peso, la reducción de la tasa de colesterol o el mejoramiento hepático; las personas que padecen afecciones de la piel pueden incorporar suero de leche al agua del baño y verán como mejoran sus erupciones, micosis, eccemas o psoriasis.

Es importante realizar una cura de suero de leche con una alimentación frugal o tan simplemente añadiéndoselo al agua y/o las infusiones de un Ayuno Total; sin embargo, este puede ser muy eficaz luego de la cura específica y podemos seguir utilizándolo como bebida diaria o como reemplazo del vinagre o el limón en nuestras ensaladas.

Zumos Naturales
Una forma de limpiar nuestro organismo de toxinas y simultáneamente aportarle una gran cantidad concentrada de nutrientes que suelen estar relegados, es recurrir a los zumos naturales.

Y aunque muchos “especialistas” lo nieguen rotundamente, cientos de miles de personas en el mundo viven perfectamente saludables con una alimentación estrictamente vegetariana crudívora, incluso con una exclusivamente basada en frutas. Con esto pretendo decir que, a diferencia del ayuno total, un ayudo basado en zumos de frutas y verduras frescas puede prolongarse bastante tiempo, o incluso, y según las necesidades de cada caso, es posible alternarlo con periodos de ayuno total, cuando las necesidades así lo requieren.

Cura de Uvas
Este recurso terapéutico fue popularizado por Johana Brandt a principios del Siglo XXI cuando, gracias a este método, se curó un cáncer; a partir de este momento, especialmente en Europa, se popularizaron las casas especializadas en la “Cura de Uvas”.

La misma consiste en ingerir sólo uvas o su zumo y pequeñas cantidades de pasas, aunque personalmente me inclino en hacer hincapié acerca de la importancia de privilegiar el consumo de uva sin procesar.

El consumo recomendado es el equivalente a entre dos y tres kilos al día, repartidas en seis comidas; la “Cura de Uvas” puede realizarse durante tres días sin supervisión en una persona saludable, y prolongarse algunas semanas bajo supervisión especializada.

Como consecuencia de todas las propiedades que los investigadores han ido descubriendo en esta fruta, especialmente la uva negra, esta cura se ha hecho cada vez más apreciada en las distintas escuelas naturistas. Hoy sabemos que la uva posee fitoquímicos con una importante acción sobre el sistema circulatorio e inmunológico, destacando su capacidad para reducir el colesterol, neutralizar los radicales libres, prevenir las lesiones neurológicas propias de enfermedades como la diabetes, prevenir las várices y las telagiectacias (arañitas vasculares) y reducir el envejecimiento en sus diversas formas.

Cura de Fresas
Esta cura consiste en la ingestión de cinco raciones de fresas al día hasta la saciedad en cada una de ellas; puede mantenerse dos o tres días sin supervisión.

Hay una variante mas suave que propone alternar las fresas con alguna otra fruta; en este caso el requisito es que se consuma solo una fruta por vez. Puede mantenerse hasta tres días sin supervisión.

Otra opción, y con una utilidad de mantenimiento o para aquellos que están en el comienzo del proceso depurativo, puede acompañarse una o dos comidas con algo de yogur o kefir. La ventaja de esta cura depurativa es que puede prolongarse hasta siete días sin mas inconvenientes que las molestias que habitualmente se padecen cuando el cuerpo comienza a eliminar toxinas.

Dieta de la Alimentación Cruda
Este programa consiste en:
-Frutas por la mañana y por la noche.
-Zumo de frutas o infusión de hierbas con miel a media mañana.
-Una ensalada variada de vegetales crudos enriquecida con frutos secos al mediodía.
-Zumo de verduras por la tarde.
Podemos seguir este programa hasta cinco días sin supervisión; en caso de que incorporemos arroz integral, quinoa o avena en una o dos comidas, podemos prolongarlo hasta diez días sin supervisión.

Ayuno con Zumos de Frutas
En este enfoque solo consumir zumos de frutas en cinco o seis raciones; se puede realizar hasta tres días sin supervisión.

Podemos incorporar un caldo vegetal en el almuerzo y la cena y enriquecerlos con una o dos cucharadas de cerveza dietética; de esta forma podemos prolongarlo con seguridad hasta una semana.

Ayuno con Infusiones
El consumo exclusivo de infusiones puede ser la forma mas potente de ayuno y debe ser supervisada en todo momento; es muy recomendable realizarla únicamente en los momentos en que el paciente puede experimentar tranquilidad.

Todo paciente debería comenzar con Ayunos de Infusiones de un día e ir subiendo de a uno hasta no más de siete días; entre ayunos, necesariamente la dieta debe ser hipotóxica.
Todo terapeuta debería tener la prevención de recomendar esto únicamente si antes lo ha experimentado; esto es válido en general para la gran mayoría de los recursos disponibles en el campo de las terapias naturales.

Cura de Avena
Esta cura consiste en:
-Desayuno con copos de avena, fruta y yogur.
-Almuerzo y cena con caldo de verduras con copos de avena.
-Fruta entre horas.

Normalmente esta cura puede prolongarse entre cinco y siete días sin mayores inconvenientes.
A partir de estos enfoques, un terapeuta experimentado puede ir creando otros personalizados a las necesidades de sus pacientes; de esta manera podemos ir elaborando alternativas que se adecuen a necesidades terapéuticas concretas.

Como advertencia muy importante, destacamos que hay que salir de a poco de las curas depurativas y los ayunos; es un gran error que puede afectar seriamente la salud comer demasiado luego de un ayuno. Esta norma debe aplicarse con mas rigurosidad cuanto mas estricto ha sido el ayuno; es conveniente comenzar incorporando alimentos líquidos, luego frutas, mas tarde verduras, a continuación cereales y finalmente el resto de los alimentos con cautela y moderación.

En todos los casos es importante asegurarse el consumo de abundante liquido y mantener el movimiento intestinal (si es necesario con enemas).

El ayuno esta contraindicado en casos de tuberculosis, delgadez excesiva, insuficiencia renal, cardiopatías graves, diabetes y miedo al ayuno; por otra parte esta especialmente recomendado para dermatosis, obesidad, alteraciones endocrinas, problemas hepatodigestivos, tumores, celulitis, catarro, envejecimiento prematuro y problemas cardiovasculares.--