La mente está girando como ruedas en el
Ombligo, en el corazón, en la garganta, en la cabeza.
El ducto conector es el vacío.
Sin una vía despejada.
La energía no puede fluir.
La gente busca lo sagrado y se les dice que está dentro de ellos mismos. A veces es difícil ver qué tan literalmente los sabios quieren decir esto. Ven la mente como existiendo en otras áreas del cuerpo además del cerebro. Estos centros, nominalmente funcionales en la persona promedio, son llamados chakras o ruedas por quienes siguen el Tao. A través de la meditación, uno se familiariza con cada uno de ellos y aprende cómo liberar un poder tan profundo que uno es literalmente divino.
El concepto de vacío es central a muchas filosofías incluyendo la del Tao. Sin embargo, parece tan abstracto a veces. Aquí el vacío tiene un rol funcional. El trayecto que conecta los centros de energía de la mente es como un largo ducto que comienza en el perineo y termina en la parte superior de la cabeza. Si no fuera por la vacuidad o vacío de este ducto, la energía sagrada del cuerpo no podría ser conducida.
Toda la diversidad de nuestras vidas es meramente una manifestación de nuestras mentes, expresadas por las vueltas de varias ruedas dentro de nosotros mismos. Mientras más giran, más complejos se vuelven las circunstancias y el pensamiento. Sin embargo, si queremos simplicidad y tranquilidad, sólo necesitamos ir al centro de la mente que da vueltas, donde está vacío y quieto. Por eso se dice que la diversidad viene del girar de las ruedas y los orígenes vienen del vacío central.