Después de una prolongada reflexión, un joven acudió a hablar con su mentor y le preguntó:
-Maestro, tengo razón en no tener ideas? He estado reflexionando y me he dicho a mí mismo que lo mejor es no tener ideas. Tengo razón?
El mentor le miró fijamente, esbozó una leve sonrisa y ordenó terminantemente:
-Deshazte de esa idea.
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El otro enfoque
Un hombre estaba sujetando en sus brazos una cabra para que ésta comiera de un arbusto. Pasó por allí otro hombre y le preguntó:
-Pero, se puede saber qué haces sujetando esa cabra para que coma, si ella puede hacerlo sin que la sostengas? Vaya pérdida de tiempo, amigo!
-Sí, pero a la cabra no le importa.
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De esclavitud en esclavitud
Un día, un hombre descubrió al despertarse, con horror, que unas esposas le atenazaban las muñecas. Hundido en la desesperación sólo anhelaba volver a ser libre, pudiendo quitarse esas horribles esposas. Despavorido, salió a la calle y comenzó a correr. Ansiaba lalibertad! Necesitaba alguien que pudiera librarle de las esposas.
Corrió y corrió por calles y callejuelas y de pronto, al pasar frente a una herrería, vio a un fornido herrero trabajando. Entró en el taller y le suplicó que le liberase de las esposas. Un par de certeros golpes fue suficiente para que éstas saltaran por los aires. Entonces el hombre se sintió muy agradecido a su salvador y comenzó a admirarlo profundamente. Lleno de gratitud, decidió quedarse a pasar una temporada con él.
El herrero era un hombre tosco, déspota e incluso cruel. Cada día encomendaba al liberado tareas más duras e indignas y le insultaba y le exigía obediencia ciega y abyecta. Le intimidaba sin tregua, despreciándolo a cada momento, de modo que lo convirtió en un ser sumiso. Así pasaron los meses y los años. El hombre se convirtió en un esclavo del herrero pero era feliz, porque era libre.
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Pero ya no me importa
Un periodista acudió a entrevistar a un maestro realizado. Le preguntó:
-Antes de liberarse, se deprimía usted?
El mentor, apaciblemente, repuso:
-Sí, a veces, como todo el mundo.
El periodista preguntó entonces:
-Y ahora, después de realizarse, se deprime?
El hombre contestó:
-Sí, a veces, como todo el mundo, pero ya no me importa.
FUENTE: CALLE, Ramiro A.: `El Libro de la Serenidad'