Tao Y Meditaciones Diarias

Fusionarse

Toma el sol. Colócalo en tu corazón.
Toma la luna. Colócala en tu barriga.
Baja la Osa Mayor.
Fusiónate con la Estrella del Norte.

Sin Esculpir

Un vez que la escultura está terminada,
Es demasiado tarde para cambiarle los brazos.
Sólo con un bloque en bruto
Existen las posibilidades. 

Transformación

Me heriste años atrás;
Mis heridas sangraron por años.
Ahora has regresado,
Pero yo no soy el mismo.  

Progresión

Cuando la meditación se ponga rancia,
Cambia de método rápidamente.
  

Intervalo

Siete gansos perforan una línea recta sobre la frígida bahía,
Los intervalos entre ellos constantemente iguales,
Alas puntiagudas cortan como unidas a un eje:
Hoy es el momento ideal entre ayer y mañana.  

No podemos cultivar la práctica de la generosidad, de la ética y de la paciencia más que en relación con otros seres sensibles.

Solamente con relación a ellos desarrollamos el amor, la compasión y el espíritu del Despertar.  

 [El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama]  

Cuando podemos ayudar a los demás a despertar la virtud en su corazón, hacerlos felices y dar sentido a su vida, es un servicio grande y auténtico que rendimos al buda y a su doctrina. Hay que ser aplicados y dirigir todos nuestros esfuerzos en ese sentido.

Se trata del mejor medio para ayudar al cumplimiento de nuestro bienestar y el de los demás.   

En cuanto llevamos a cabo una acción, empiezan a existir las condiciones de base de una reacción, y se intensifican hasta que sus efectos se cumplen. Si, por el contrario, no la llevamos a cabo, nunca nos enfrentaremos a sus consecuencias.

Una vez que la hayamos llevado a cabo, a menos que nos decidamos a purificarla mediante las prácticas adecuadas (o si es una acción virtuosa, a menos que sea destruida por la cólera o factores contrarios) su efecto empezará a tener lugar.

Una acción, aunque se haya llevado a cabo hace varias vidas, no pierde jamás su influencia por el simple transcurso del tiempo.   

Sobre la base de las relaciones humanas auténticas (sentimientos reales de los unos por los otros, comprensión recíproca), se hace posible desarrollar la confianza y el respeto mutuos. A partir de ahí, podemos compartir el sufrimiento de los demás y construir la armonía en la sociedad humana.

La compasión nos conduce a volvernos hacia todos los seres vivos, incluso los que se dicen enemigos nuestros, esa gente que nos molesta o nos hiere.

Independientemente de lo que nos hagan, si conservamos en la memoria que todos los hombres buscan, como nosotros, ser felices, resulta mucho más fácil experimentar compasión por ellos.