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lunes, mayo 23, 2011

Zen






No es difícil descubrir tu Mente Búdica.
Simplemente deja de buscarla.
Deja de aceptar y de rechazar posibles lugares
donde pienses que pueda estar.
Y aparecerá ante ti…

¡Ten cuidado! La más leve señal de preferencia
abrirá una sima tan ancha y profunda
como el espacio que separa cielo y tierra.
Si quieres encontrar tu Mente Búdica,
no albergues opiniones acerca de nada.
Las opiniones dan lugar al argumento.
Y la disputa es un deseo de la mente.
Sumérgete en las profundidades,
donde la quietud es profunda.
No hay nada profundo en las aguas superficiales.
La Mente Búdica es perfecta y engloba al universo.
No tiene carencia de nada y nada tiene en exceso.
Si piensas que puedes elegir entre sus partes,
perderás de vista su esencia verdadera.
No te aferres a las apariencias, a las cosas opuestas,
a las cosas que existen como relativas.
Acéptalas con imparcialidad
y no tendrás que perder el tiempo en elecciones insubstanciales.

2
Los juicios y las discriminaciones bloquean el flujo
y suscitan las pasiones.
Irritan la mente que necesita quietud y paz.
Si vas de uno a otro, de esto a eso,
o hacia cualquiera de los innumerables opuestos,
perderás de vista el todo, el Uno.
Siguiendo un opuesto te estarás extraviando,
lejos del centro que está en equilibrio.
¿Cómo esperas alcanzar el Uno?
Decidir lo que es, es determinar lo que no es.
Pero determinar lo que no es te puede ocupar tanto
que se convierta en lo que es.
Cuanto más hablas y piensas, más lejos te encuentras.
Deja de hablar y de pensar… y lo encontrarás en todas partes.
Si permites que todas las cosas vuelvan a su origen,
verás todo tal cual es.
Pero si dejas de pensar que esa es tu meta
y que de ello depende el éxito
y luchas y luchas en vez de simplemente dejar pasar,
no estarás practicando Zen.
En el momento en que empiezas a discriminar
y a preferir, equivocas el camino.
Buscar la verdad también es un falso
punto de vista que debería ser igualmente abandonado.
¡Deja pasar! Deja de buscar y de escoger.
Las decisiones dan lugar a las confusiones,
y ¿adónde puede ir una mente confundida?
Todos los pares de opuestos provienen
de la Única Gran Mente Búdica.
Acepta los opuestos con dócil resignación.
La Mente Búdica permanece calma y quieta,
Ten presente esto y nada podrá perturbarte.
Lo inofensivo y lo dañino dejan de existir.
Los sujetos, cuando son liberados de sus objetos, se desvanecen.
Al igual que los objetos, cuando son liberados de sus sujetos.
Cada uno depende de la existencia del otro.
Comprende esta dualidad y verás
que ambos provienen del Vacío del Absoluto.
El Fondo de todo Ser contiene todos los opuestos.
Todas las cosas nacen del Uno.
¡Qué perdida de tiempo escoger entre basto y fino!
Ya que la Gran Mente da nacimiento a todas las cosas,
abárcalas todas y deja morir tus prejuicios.

3
Para realizar la Gran Mente no seas vacilante ni ansioso.
Si intentas cogerla, agarrarás aire
y caerás en el camino estéril que no lleva a ninguna parte.
¿Dónde está el Gran Dao? ¿Lo puedes guardar?
¿Permanecerá o se irá?
¿No te espera en todas partes para unir
tu naturaleza con Su naturaleza y liberarte
de los problemas, al igual que Él lo está?
No canses tu mente preocupándote por qué es real y qué no lo es,
sobre qué aceptar o qué rechazar.
Si quieres conocer el Uno, no detengas tu experiencia sensorial,
pero no te veas afectado ni enredado por los datos.
El sabio actúa sin emoción y parece como si no actuara.
El ignorante permite implicarse a las emociones.
El sabio comprende todas las cosas como parte del Uno.
El ignorante ve diferencias en todas partes.
Todas las cosas son iguales en su esencia,
así que aferrarse a unas y abandonar otras
es vivir en el engaño.
La mente no es juez ecuánime de sí misma.
Tiene prejuicios en su favor y en su contra.
No puede ver nada objetivamente.
La mente Búdica está más allá de toda noción de bien y mal,
más allá de los pares de opuestos.
Los ensueños son ilusiones y las flores nunca florecen en el cielo.
Son invenciones de la imaginación y no merecen ser considerados.
Ganancia y pérdida, correcto y erróneo, basto y fino.
¡Deja que se vayan todos!
Permanece atento. Mantén abiertos tus ojos.

4
Tus ensueños desaparecerán.
Si no haces juicios, todo será como verdaderamente es.
Profunda es la sabiduría del estado de Ser,
Excelsa y más allá de todas las ilusiones.
A este Uno regresan todas las cosas,
siempre que no las separes, manteniendo unas y desechando otras.
De todos modos, ¿dónde las puedes dejar?
Todas están dentro del Uno.
No hay afuera.
Lo Elemental no tiene modelo, no alberga dualidad,
y nunca es parcial.
Confía en esto y mantén viva tu fe.
Cuando abandonas todas las distinciones, no queda nada
salvo la Mente que se vuelve pura, que irradia sabiduría,
y nunca se cansa.
Cuando la Mente abandona las discriminaciones,
los pensamientos y los sentimientos
no pueden sondear sus profundidades.
El estado es absoluto y libre. No hay ni yo ni otro.
Tan solo te darás cuenta de que eres parte del Uno.
Todo está dentro y nada está fuera.
Los sabios de todo el mundo lo comprenden.
Este conocimiento está más allá del tiempo, ya sea largo o corto,
Este conocimiento es eterno. Ni es ni no es.
Todo está aquí y lo más pequeño es igual a lo más grande.
El espacio no puede limitar nada.
Lo más grande es igual a lo más pequeño.
No hay límites, ni dentro ni fuera.
Lo que es y lo que no es son lo mismo,
Pues lo que no es, es igual a lo que es.
Si no despiertas a esta verdad, no te preocupes.
Ten fe en que tu Mente Búdica no está dividida,
que acepta todo sin discriminar

5
No prestes atención a palabras, discursos, o métodos bonitos
Lo eterno no tiene presente, pasado ni futuro.
La dicha no se encuentra con esfuerzo y voluntad,
sino con tranquilidad y abandono.
No te inquietes, no hay nada que hacer…
Lo que emerge en el espíritu no tiene ninguna realidad.
No te apegues a ello. No te juzgues.
Deja que el juego se juegue solo: elevarse y caer.
Sin cambiar nada, todo se desvanece y comienza de nuevo sin cesar.
La búsqueda de la dicha es lo que nos impide verlo.
Es como un arco iris que se persigue y nunca se atrapa:
porque no existe, porque siempre ha estado ahí y te acompaña en cada instante.
No creas en la realidad de las experiencias buenas o malas:
son como el arco iris. Y uno se agota en vano queriendo asir lo inasible.
Pero en cuanto sueltes la presa, allí está el espacio:
abierto, hospitalario, confortable. Por tanto, aprovéchate… Desde ya, todo es tuyo.
No busques más… No quieras buscar en la jungla inextricable el elefante que ya está tranquilamente en casa.
No hacer nada. No forzar nada. No querer nada. Y todo se hace solo.
“Gatha de Seng T’san – traducido desde el inglés por Shi Chuan Fa”