En términos prácticos, Reiki sirve para una multitud de enfermedades y estados de ánimo. He aquí unos ejemplos: Dolores Crónicos: Aliviar dolores de artritis, reuma, artrosis, espalda y lumbares, dolores menstruales, migraña y de cabeza etc.
Lesiones: Para acelerar el proceso de cicatrización y para soldar lesiones óseas. Reducir la inflamación en esguinces, sanar músculos desgarrados etc. Infecciones: Ayuda al cuerpo a aumentar su capacidad para luchar contra enfermedades virales, reforzando su sistema inmunológico (hay mejoras documentadas en personas seropositivas, por ejemplo). Otitis, gastroenteritis, infecciones de la piel etc. Cáncer: Se ha usado con éxito en combinación con quimioterapia para ayudar al organismo a mantener la fortaleza física necesaria para los tratamientos. Puede hacer desaparecer pequeños bultos y cáncer de la piel. Depresión, agresividad y otros tipos de enfermedades mentales: Reiki sirve para equilibrar energéticamente y espiritualmente a las personas. Como resultado, las enfermedades mentales pueden desaparecer cuando la persona se encuentra en un estado de equilibrio y felicidad. En resumen, el último punto lo dice todo. Reiki, mas que tratar enfermedades específicas, consigue un equilibrio completo a través de la Energía Universal.