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miércoles, mayo 11, 2011

El Cuarto Camino




 
 

Gurdjieff sostuvo que existen cuatro caminos para el trabajo sobre sí:

· El Camino del Faquir, el Primero, pone énfasis en el trabajo del cuerpo.

· El Camino del Monje, el Segundo, en las emociones.

· El Camino del Yogui, el Tercero, en el intelecto.

· Y el Cuarto Camino, que es el de Gurdjieff, trabaja simultáneamente sobre los tres centros.


Las escuelas de Cuarto Camino ofrecen al buen padre de familia la oportunidad de un desarrollo interno en los aspectos físico, intelectual y emocional, en el mismo ambiente cotidiano en que vive.


La base de sus enseñanzas es la idea de que los seres humanos, con sólo raras excepciones, viven en un estado análogo al del sueño. Aunque nos sentimos despiertos y en control de nuestras acciones, en realidad sucede lo contrario. Las situaciones e incidentes que nos ocurren son efecto de una multitud de causas, y actuamos como si fuésemos robots.

Según Gurdjieff, términos como “evolución” y “progreso” carecen de significado cuando se aplican a la vida de un individuo corriente. No resulta posible progreso alguno hasta que hemos conseguido superar nuestro curioso estado soñoliento. Con el fin de ayudar a sus discípulos a superar esa condición, Gurdjieff diseñó una serie de ejercicios físicos y psicoespirituales, que reunió bajo el título general de ‘La Obra’.

Varios de los ejercicios diseñados para lograr este objetivo resultaban extraños. Uno de los grupos, por ejemplo, se regía por la siguiente norma: al recibir una señal, todos y cada uno de sus miembros debían permanecer inmóviles en la postura en que se hallaban en aquel momento. Los integrantes del grupo estaban obligados a mantener esa postura, aunque fuese incómoda, hasta que recibieran una segunda señal.

Gurdjieff dijo que el Cuarto Camino no requiere que una persona abandone sus condiciones normales de vida; de hecho, estas condiciones son ideales para la observación de sí mismo. El conocimiento, por sí mismo, no aumentará nuestro nivel de consciencia. Como explicó Gurdjieff, el requisito principal que se le pide a una persona es la comprensión. (…) No creas en nada que no puedas verificar por ti mismo. La verificación es un proceso largo y lento pero gratificante, en el cual vemos lo que somos y vislumbramos lo que podemos llegar a ser.

El Cuarto Camino se desarrolla en la vida exterior, en medio del mundo. Se dice que este camino aparece en medio de la vida con mayor fuerza en épocas en las cuales la conciencia general de la humanidad se oscurece y aumenta el engaño respecto de los verdaderos objetivos de la vida y el auténtico ser y destino del hombre.

En el Cuarto Camino la primera y principal realización a conseguir es llegar a ser el hombre nº 4. Dicho tipo de hombre representa el hombre equilibrado o el hombre cabal. El que está en el Cuarto Camino ha de comprender que cualquier cambio exterior le es siempre útil, porque es precisamente en esas condiciones difíciles donde se desarrolla el esfuerzo consciente que pone en actividad las partes altas de los centros mental y emotivo. De este modo no debe quejarse por ningún tipo de dificultades que surjan en su vida, sino tomarlas como retos y pruebas necesarios para aumentar en él “la fricción entre el Sí y el No” que aumenta la temperatura psíquica para realizar la soldadura o cristalización interior de los yoes que desemboca, muy al final, en la adquisición de la individualidad y luego del Yo real. Estas partes altas sólo se desarrollan mediante la atención, la observación de sí, la no identificación, la consideración exterior de los otros como uno mismo, la no consideración de sí mismo, el recuerdo de sí, etc. Sólo de este modo se transforma nuestra personalidad en el camino correcto hacia el hombre equilibrado como primera meta a conseguir hacia la individualidad y el Yo real. La enseñanza del trabajo, por tanto, tiene una enorme flexibilidad y desapego. No se ha de identificar con ningún lugar ni con ninguna forma material que pueda adoptar a causa de las circunstancias concretas de la época o circunstancias materiales diversas. El trabajo existe a través de la actitud de cada cual hacia él, y sea cual fuere la situación exterior, no afecta a las normas inmemoriales que dirigen su actividad transformadora de la conciencia. El Cuarto Camino es y ha de ser siempre el más flexible de todos los caminos. Esta flexibilidad se refiere a la comprensión interior. Si una persona no es flexible, aunque intente mantener el sentimiento del trabajo, difícilmente logrará realizar en realidad el trabajo auténtico sobre sí. Éste será un sucedáneo para engañarse a sí mismo y perder el tiempo lastimosamente, si no, hacerse daño interiormente.

Como afirma Maurice Nicoll en ‘Comentarios psicológicos sobre la enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky’, Tomo I: “Por eso tenemos que trabajar en medio de la vida, rodeados por todas las desdichas de la vida, y con el tiempo la vida llega a ser nuestra maestra, es decir, tenemos que practicar la no identificación en medio de los sucesos de la vida; y tenemos que practicar el recuerdo de sí en medio de los asuntos; y observarnos y separarnos de nuestras emociones negativas en medio de todas las heridas y escozores de la vida cotidiana. Y por esa razón se dice que un hombre que sigue el Cuarto Camino debe llegar a ser el hombre nº 4, es decir, un hombre que ha desarrollado sus centros: mental, emocional e instintivo-motor.


El trabajo sólo puede actuar en nosotros y empezar a transformarnos cuando se lo emprende desde la comprensión, el sentimiento profundo y la práctica sincera.

No es un camino para el intelectual, en el sentido en que se lo entiende habitualmente en Occidente, del que estudia teorías y las tiene en la memoria. No es ni siquiera algo para comprender y sentir y luego no aplicar en todas las relaciones que tenemos con los demás y con el Espíritu Absoluto.

El trabajo requiere la creencia, en algún modo, en que existe algo trascendente. Por otro lado, el trabajo es una enorme sabiduría antiquísima que posee ingentes recursos psicológicos, físicos y espirituales que pone a disposición del buscador sincero para el conjunto de su logro. El trabajo es para los que, sinceramente, desean hallar el sendero.