La gente olvida que el verdadero poder viene de la humildad.
La experiencia del poder que viene de la arrogancia nos lleva a la crisis.
El camino de la humildad es bien otro.
Este camino nos muestra que yo solo no soy nada,
pero que unido al universo soy poderoso.
El universo es perfecto y si yo sigo sus leyes,
entro en su plan, me ayuda.
Entonces puedo mucho.
Paradójicamente la humildad es la fuente de toda fuerza.
Ser humildes es lo que nos empodera.