El luchador alguna vez fue más sólido que un toro. Le encantaba flexionar sus enormes antebrazos aceitados. Antes derrotaba adversarios con alegría. Pero ahora, la frágil piel está tensa sobre los huesos, Y su resuello es un fantasma de su varonil rugido. |
Son las experiencias que surgen de la destreza, no la destreza misma, las que son valiosas. |
Las palabras veraces no son agradables, y las agradables no son veraces. El hombre bueno no gusta de discutir, y el que discute no es hombre bueno. El sabio no es erudito y el erudito no es sabio. El sabio no atesora, y ofreciendo a los demás, se hace rico. El camino del cielo beneficia y no perjudica. La norma del sabio es obrar sin combatir. (tao 81) |