Diksha significa “semilla” en sánscrito
(el lenguaje espiritual de oriente).
Junto con Sadhana (práctica meditativa) y Sankalpa (intención o resolución), forma parte de la tríada tradicional en el sendero espiritual. Es una semilla de la iluminación, es decir, del despertar a la realidad última de unidad entre todos los seres.
Quienes transmiten esta iniciación espiritual se llaman deeksha givers (otorgadores) y se capacitan en el sur de la India en la Oneness University en un curso teórico vivencial de 21 días que transforma sus vidas y despierta el interés compasivo los demás. ( Cuando el autor escribió este articulo, no existía la posibilidad que hoy tenemos de iniciarnos en Argentina, Bs. As., Córdoba etc.)
La transferencia de esta energía se realiza por imposición de manos en la cabeza del receptor, sobre el chakra de la coronilla o séptimo chakra. En un proceso gradual de despertar espiritual, la energía deeksha se distribuye por todo el sistema energético del receptor despertando el resto de los chakras y la energía kundalini. Durante esta transformación se despiertan también las energías sanadoras del organismo, razón por la cual muchos de estos despertares se acompañan de sanaciones físicas y psicológicas.
El objetivo de la Oneness University y de la Deeksha es la liberación del sufrimiento psicológico y existencial causado por la percepción de separatividad.
Cuando somos bebes muy pequeñitos, nos sentimos unidos tanto a nuestra mamá como al resto de los seres y cosas de este mundo, alrededor del 8vo mes de vida el niño se empieza a percibir como separado de su mamá y empieza a percibir la multiplicidad o separatividad. Este proceso perceptivo en el cual el ser humano pasa de sentirse “el todo” a sentirme “una parte”, se completa alrededor de los dos años con la irrupción del ego. El niño, mediante un proceso de aprendizaje especializado obtiene un “yo” que le será funcional finalmente en el mundo de los adultos. Pero esta identidad personal limitada es la causa del conflicto entre personas, entre familias, entre naciones, entre religiones, etc. La Deeksha de Unidad cataliza el proceso de maduración que parte desde esta identidad personal centrada en el yo, a una identidad transpersonal (más allá de lo personal). No se trata de desaparecer el ego (que nos es funcional) sino de trascenderlo.
Dicen Amma y Bhagavan, los fundadores de este movimiento por el despertar de la humanidad, que el 90 % del sufrimiento es auto-creado o creado por la propia mente. Comúnmente pensamos que la culpa de nuestro sufrimiento se encuentra en un hecho o persona externa. Sin embargo, la situación externa no contiene intrínsecamente ningún sufrimiento. El problema no es el hecho, sino como percibimos el hecho. Cuando nuestra conciencia despierta a la Unidad, el sufrimiento psicológico individual desaparece.
Sin embargo, dice Bhagavan, este despertar no se puede lograr por medio de un entrenamiento psicológico o de una transformación de los valores filosóficos, sino mediante un cambio neurobiológico. La energía de la deeksha porta una información (software) que modifica el funcionamiento del cerebro (hardware).
Andrew Newberg, profesor de medicina nuclear de la Universidad de Pensylvania y autor del aclamado libro “Why God don’t go away”, en un intento de crear un puente entre la ciencia y la espiritualidad, estudió a 8 practicantes avanzados de Budismo Tibetano durante la meditación usando el SPECT scan.
Las imágenes que captó mostraron que la corteza prefrontal del cerebro, durante la meditación profunda se coloreo de color rojo indicando un aumento en el flujo sanguíneo y en la actividad neuronal en este área. Al mismo tiempo, sorprendentemente, el área del cerebro llamada parietal, se torno azul oscuro, indicando un repentino descenso de la actividad cerebral en ese área que Newbwerg llama Área de Asociación y Orientación (AAO).
(Las letras son ilegibles pero se pueden ver las zonas mencionadas.)
El AAO es el área que nos da la habilidad de orientarnos en tiempo y espacio, que le da a nuestro cuerpo el sentido de los limites físicos y a nuestro yo, el sentido de existencia separada del resto del universo. Cuando el AAO es “desactivada” el cerebro ya no puede crear una barrera entre el yo y el mundo externo, o localizarse a si mismo en la realidad física. Como resultado, dice Newberg, el cerebro no tiene más opción que percibir al “yo” como infinito, interconectado con todos y con todo. Este es el llamado Estado de Unidad.
El Neurocientífico Richard Davidson, de la universidad de Wisconsin, corroboró los descubrimientos de Newberg. Colaborando con el Dalai Lama estudió a los monjes tibetanos con EEG y fMRI scans mientras meditaban y encontró también un aumento de la actividad Gamma de la corteza prefrontal (especialmente en el hemisferio izquierdo). Este aumento genera sentimientos de dicha, felicidad, compasión y agradecimiento.
Esta porción del cerebro llamada Área de Asociación de la Atención (AAA), habitualmente “dormida” se activa durante el despertar a la unidad. Es la que Newberg llama “nuevo cerebro”.
Eric Hoffman Ph. D. quien investigo el cerebro humano por más de 30 años en las universidades de Copenhagen, Rutgers (New Yersey), La Jolla (California), dirigió un estudio sobre 12 otorgadores de Deeksha de Unidad (Deeksha givers) durante su proceso de capacitación de 21 días en la Oneness University (India). El escribió las siguientes conclusiones:
“Creemos que los cambios que encontramos luego de las sesiones de Deeksha de Unidad en este proceso de 21 días, demuestran funciones cerebrales mejoradas. Una mejor simetría hemisférica refleja una mayor comunicación y cooperación entre el cerebro derecho y el izquierdo, y el incremento Gamma en el área prefrontal (AAA) indica una activación de lo que llamamos el ‘nuevo cerebro’ que es crucial para el proceso de despertar y el estado de unidad. Estos son los mismos cambios encontrados por Newberg y Davidson en los meditadores expertos tanto del BudismoTibetano como del Zen”.
La Deeksha produce los mismos efectos que la meditación luego de largos años de práctica: Una disminución del stress y del conflicto producido por el ego y un aumento de las emociones de agradecimiento, dicha y compasión que acompañan lo que Bhagavan denomina “el florecimiento del corazón".
Fuente: Dr. Jonas Detinis. Homeópata unicista