. La Ley de Karma, ley infalible que no respeta a nadie ni olvida nada, no vale más que para los planos físico y mental; no es una ley del Espíritu. En Espíritu todo es perfecto, eterno, inalterable. En este dominio no hay nada malo que se pueda cosechar porque no se puede sembrar, y por consiguiente cuando el hombre levanta su atención hacia el mundo del Espíritu, por lo que llamamos la oración, la meditación o el tratamiento, transfiere su atención al dominio del Espíritu y así se pone —a ese grado— bajo la ley del Bien perfecto y se libera del Karma.
Emmet Fox
Permanecer en el reino del autoconocimiento y
la autoliberación
es en verdad una felicidad y una dicha;
morar en el valle donde no vive ningún hombre,
lleno de confianza y conocimiento,
permite vivir según el propio modo.
Con voz de trueno
uno entona el feliz canto de yoga.
Hacia las diez direcciones cae la lluvia de la fama;
a punto de florecer están hojas y flores de compasión.
La empresa de bodhi abarca todo el Universo.
El fruto puro del corazón-bodhi obtiene así la perfección.
(de los cantos de Milarepa)
La atención es una función preciosa de la mente que permite conectar con lo que es cada momento. La atención permite percibir, captar, sentir y sentirnos; gracias a su espléndida energía el ser humano se da cuenta de lo que perciben sus sentidos o de aquellas funciones que se producen en la mente y en la psiquis. La atención fluye a cada momento y a cada instante si se aprende a potenciarla.
Nada se podrá hacer con sagacidad, precisión y cuidado sin atención. Es una fuente de vitalidad, una brecha de luz en la densa oscuridad de la mente que, bien desarrollada, resulta liberadora como un manantial de claridad y comprensión.
Supone una excelente vacuna contra la neurosis y la ofuscación; constituye la lámpara de la mente, aunque en la mayoría de las personas sea como una frágil llama expuesta al viento.
También juega un papel fundamental en el autoconocimiento y la observación ya que tiende un puente entre la persona y la realidad inmediata. Si se está atento, como recomiendan los maestros de Oriente, se está vivo, pero si uno se dispersa es como si ya hubiera muerto.
(Ramiro A. Calle)
La inestabilidad laboral, familiar, matrimonial, todas pueden subsanarse con postura y posición firme, y con autoconocimiento. Debemos saber hacia dónde nos dirigimos, sin necesidad de un meta fija. Hay que mantener una cierta postura aunque no sepamos qué hacer; comprender cómo somos y cuáles son nuestros límites. Sin una clara dirección, nosotros equivocamos el camino o vamos en círculos. Si mantenemos una dirección y vamos en ella rápido o despacio, llegaremos igual.
(del Manual de Budismo Zen)
KUGE
“La flor del Vacío”
Se atribuye a Bodhidarma el dicho “Cuando una flor florece, cinco dejan de crecer”.
Cuando nosotros somos verdaderamente nosotros mismos, nuestro ser no es nuestro ni de otros; esto es los cuatro elementos y los cinco SKANDAS.
Un antiguo Patriarca dijo “el loto azul florece en el fuego”. Debemos aprender dónde y cómo. Para ello cortar con la consciencia, los conocimientos y los juicios personales. Sino, dudarás de las montañas y de los ríos. Si vemos a los seres humanos como árboles, cada árbol tiene su flor especial. Esto es KUGE, la flor del vacío. Sólo los budistas pueden percibirla y experimentar el universo. Iluminación, nirvana, realidad o duradera naturaleza son sus pétalos. Ir comprendiendo estas relaciones es como curar de los ojos. Entonces KUGE desaparece.
“La gente ordinaria y los santos, viven en su propia casa”.
Esto no quiere decir que no hay diferencias sino que no debemos condenar los diferentes tipos de gente. Si esto se intuye somos capaces de llegar a la iluminación. Toda intención religiosa debe partir de la mente de Buda y dirigirse hacia la realización de la verdad, TAL Y COMO ES. Nuestra intención religiosa debe basarse en la consciencia del más profundo nivel. Si la consciencia superficial es activada las nubes de la desilusión aparecerán.
(Dogen)