Mientras los seres humanos no sean capaces de construir en ellos mismos un santuario interior para colocar en él entidades espirituales, nada les impide recurrir a iconos y estatuas...
...e incluso inclinarse ante ellas, para manifestar su necesidad de adoración al Principio divino. Lo esencial es acostumbrarse a dirigir nuestros pensamientos hacia entidades superiores; para ser habitados por ellas y avanzar por el camino manteniendo siempre la cabeza en la Luz.
En el momento que nos embargue la tristeza y el desánimo, dirijámonos hacia los espíritus celestiales. E incluso; aunque no sepamos cuáles son sus rasgos, o que rostro darle, esto no es muy importante. Pronunciemos su nombre; porque el nombre, en sí, ya es una imagen, y esta carta mental que enviamos llegará a su destinatario. Es pues importante conocer por lo menos el nombre de las entidades que queremos que nos oigan.
Por Omraam Mikhaël Aïvanhov