"Conforme tu conciencia crece, el mundo empieza a cambiar. No necesitas hacer nada directamente; todos los cambios que se suceden se dan casi por sí mismos. La única cosa que necesitas es un esfuerzo por estar más consciente.
Vuélvete más conciente de todo lo que haces. Al caminar, hazlo conscientemente, lleva toda tu atención a caminar. Hay una gran diferencia entre caminar de manera inconsciente y llevar al acto la cualidad de la conciencia. El cambio es radical. Puede no ser visible desde el exterior pero en el interior se está moviendo realmente en otra dimensión.
Intenta un acto pequeño: por ejemplo, al mover tu mano lo haces mecánicamente. Entonces muévela, con mucha conciencia, sintiendo lentamente el movimiento y observando desde tu interior cómo lo haces.
Con sólo ese gesto estás en el umbral de lo divino porque está sucediendo un milagro. Ése es uno de los misterios que la ciencia aún no es capaz de medir. Decides que quieres mover la mano y la mano sigue tu deseo. Es un milagro porque es conciencia contactando materia, y no sólo eso, sino materia siguiendo la conciencia. El puente no ha sido encontrado. Es mágico. Lo haces todo el día, pero aún no lo has hecho conscientemente, de otra manera con ese simple gesto surgiría una gran meditación en ti.
Ésa es la manera en que lo divino mueve a toda la existencia.
Caminando, sentado, escuchando o hablando, permanece alerta."
Osho.