"Si deseamos meditar y no lo logramos,
creemos que es difícil.
En efecto, para meditar es necesario conocer bien la naturaleza del trabajo psíquico;
y sobre todo, no exigir del cerebro que se concentre inmediatamente sobre un tema determinado,
si no se violentan las células nerviosas y el cerebro se bloquea.
La primera cosa que debemos hacer, es pues relajarnos,
y permanecer por así decirlo pasivos,
mientras vigilamos como un espectador paciente,
cómo se calman todas nuestras células.
Ciertamente, sin un cierto entrenamiento,
no lo lograremos enseguida;
pero a la larga, bastará sólo con algunos segundos.
Trabajar primero con la dulzura, la armonía,
ahí está el secreto de una buena meditación.
Y en el momento en que sintamos que nuestro sistema nervioso está calmado, recargado
(porque ésta actitud pasiva permite que nuestro cerebro acumule energías),
podremos orientar nuestro pensamiento hacia el tema que hemos elegido."
Omraam Aivanhov
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