El primer nombre importante que aparece en el desarrollo del pensamiento budista es el de Nagaryuna.
Ante el surgimiento de un escolasticismo budista pedante y dogmático, el cual había comenzado a reificar las categorías en las que analizaba los fenómenos y a tratarlas como si de alguna manera describieran entidades esencialmente existentes, la incisiva reafirmación del camino medio del Buda que hacía Nagaryuna provocaba gran entusiasmo y resonó a través de todo el desarrollo posterior del mahayana. En ocasiones lo llaman “el segundo Buda”. Sabemos menos de él que del Buda mismo y es posible que muchas de las obras que se le atribuyen las escribieran otras personas. Aunque los investigadores discrepan con frecuencia en cuanto a cuáles de los títulos que se dice que son de la autoría de Nagaryuna en realidad fueron escritos por él, se ha definido como parámetro estándar el Mula-madhyamika-karika, “versos raíces sobre el camino medio”.
Quienquiera que haya escrito esa obra es la persona que ahora consideramos como Nagaryuna. Si analizamos la tradición textual, hay estudiosos que piensan que hubo dos Nagaryunas principales y varios Nagaryunas de menor relevancia y que todos ellos se combinaron, de alguna manera, conforme se desarrolló la tradición. Hubo, pues, el autor del Mula-madhyamika-karika, que vivió en el siglo II, Arya Nagaryuna, que nació en el sur de la India y que llegó a ser conocido como el segundo Buda. Asimismo, hubo un maestro del Guhyasamaja Tantra en el siglo IX, el siddhacharya Nagaryuna, discípulo de Saraha, considerado como uno de los mahasiddhas de la tradición tántrica.
Inicia su búsqueda del conocimiento Varían mucho los relatos biográficos y míticos sobre Arya Nagaryuna pero tienden a coincidir en que nació en el seno de una familia de brahmines en el sur de la India. Según una leyenda popular, el joven Nagaryuna, un estudiante brillante, utilizaba el arte de la invisibilidad para seducir a las mujeres de la corte real y por un pelo escapó de la muerte a manos de los guardias. Como vio que sus pasiones inevitablemente daban lugar al sufrimiento, renunció a su privilegiada condición, entró a la sangha y pronto se volvió un experto con respecto a todos los textos que tuvo a su alcance.
Se le obsequia la Perfección de la Sabiduría
Su insatisfacción persistía, así que partió en busca de algo más. Sus viajes lo llevaron ante Mahanaga, el rey de los Nagas, quien lo condujo hasta el fondo del gran océano, donde le reveló una gran cantidad de textos, entre los que figuraba el conjunto total del Prajñaparamita, la perfección de la sabiduría. En 90 días llegó a dominar esa obra y después descubrió otra colección aún más difícil de agotar. No hay final para todo lo que se puede escribir, observó, ni hay final para todo lo que uno puede llegar a entender de un modo intelectual. Se dio cuenta que era necesario percibir profundamente por medio de la experiencia el contenido de los sutras, pues no bastaba con mucho leer. Fue así como entró en un período de profunda meditación, del cual salió tras obtener una honda y clara percepción, tras la cual procedió a exponer las enseñanzas de la Perfección de la Sabiduría y a escribir sus propios textos.
Fundador de la escuela madhyamika
Se dice que Nagaryuna fue el fundador de la tradición madhyamika (la del “camino medio”), la cual enseña una vía hacia la liberación mediante la profunda percepción de la vacuidad esencial de todos los fenómenos. Desde el punto de vista del camino medio, ni se afirma ni se niega la existencia de los fenómenos sino que, observando que éstos surgen siempre y solamente en dependencia de las condiciones, uno reconoce su naturaleza esencialmente vacía. Por ello, en el Mula-madhyamika, karika, Nagaryuna asevera:
Declaramos que todo aquello que surge de manera condicionada es vacuidad. Éste es un nombre provisional para la reciprocidad del ser y, ciertamente, éste es el camino medio. (Adaptado del Mula-madhyamaka-karika 24.18 en Kenneth K. Inada, traductor, Nagaryuna: a translation of his Malamadhyamakakarika, Hokuseido, Japón 1970, p. 148)
El origen dependiente
Al asumir cualquier reclamo de que haya algo que exista, a veces utilizando la lógica y a veces la retórica, Nagaryuna demostró que no podría ser así. Cualquier insistencia en que algo existe, si se analiza, cae en sus propias contradicciones. Entre las dos afirmaciones, que algo existe y que algo no existe, reside la verdad del origen dependiente o la “reciprocidad del ser”, que al carecer por completo de cualquier esencia fija, final e irreducible, es en sí mismo “vacío”.
El Mula-madhyamika-karika inicia con ocho negaciones muy famosas:
Rindo honores al Completamente Despierto,
el maestro supremo que enseñó
la doctrina del origen relacionado,
la dichosa cesación de las construcciones fenoménicas del pensamiento.
Dentro de ésta, cada suceso se caracteriza porque:
no hay origen, no hay extinción,
no hay destrucción, no hay permanencia,
no hay identidad, no hay diferenciación,
no hay algo que llegue a ser ni algo que deje de ser.
(Adaptado de Íbid., p. 39)
Estas negaciones son un intento de superar nuestra tendencia innata por asir una visión estática de la realidad y de ayudarnos a captar el flujo dinámico esencialmente ilimitable que es el origen dependiente.
De acuerdo con Nagaryuna, el mundo de los fenómenos sólo existe y tiene significado en un sentido convencional (o relativo). El mundo convencional es “real”. Aun cuando no sea una invención de nuestra imaginación, es radicalmente impermanente. Los fenómenos carecen de existencia inherente, todo depende de condiciones pasajeras. En el nivel relativo, tiene mucho sentido decir que una propuesta determinada es verdadera o falsa y, en este nivel, el mundo fenoménico, incluyendo todas las enseñanzas del Buda, tiene validez. Tal es el mundo de la verdad relativa. Por otro lado, la verdad absoluta es la verdad de la total ausencia, en cualquier espacio, de cualquier forma de existencia inherente.
Comprender esto significa soltar todo apego ilusorio y lograr el nirvana, la liberación completa. Sin embargo, no se trata de un mero asunto intelectual y sólo puede ocurrir mediante una ardua práctica espiritual. Esta práctica sucede dentro del contexto del mundo convencional. Por lo tanto, abordamos lo absoluto por medio de lo relativo, cuyo valor, en consecuencia, es inestimable.
Aquéllos que no conocen la diferencia entre las dos verdades no podrán entender la profunda naturaleza de las enseñanzas del Buda.Si no nos apoyamos en las prácticas cotidianas comunes (es decir, en las verdades relativas) no se podrá expresar la verdad absoluta. Si no nos aproximamos a la verdad absoluta no alcanzaremos el nirvana.
Un shúnyata concebido erróneamente puede arruinar a un necio. Sería como sujetar mal a una víbora o efectuar un hechizo de manera equivocada. (Íbid., 24-9-11, p. 146)
Fuente: Teachers of Enlightenment, Kulananda, Windhorse Publications.