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martes, julio 12, 2011

CLAVES DE INTERPRETACION SIMBOLICAS



“En los números los dioses encerraron la clave del destino de los hombres” -Sabiduría Egipcia
“Dios se expresa a través de las matemáticas.” -Sabiduría Maya


LOS NÚMEROS
 
Existen en nuestra vida las llamadas claves activadoras de la conciencia humana, que suelen aparecer en la medida en que vamos avanzando y comprometiéndonos con el despertar que nos llevará a asumir roles cada vez más importantes en el gran cambio planetario. Estas claves simbólicas muchas veces son numéricas, cuando no expresan una cantidad sino una idea, y lo que buscan es sacarnos del letargo y la inconsciencia, recordándonos a través de su significado, lo que tenemos que hacer y cuando hacerlo. Ellas van apareciendo a lo largo de nuestra vida siendo dispuestas para actuar en el momento adecuado, recordándonos el compromiso de madurez asumido previamente en las esferas espirituales. Pero como decíamos, no siempre las claves que buscan detonar nuestra conciencia son números, también pueden ser determinadas imágenes, situaciones, lugares, personas, animales, etc., que suelen repetirse delante nuestro de forma reiterativa, fuera de toda lógica con una constancia y periodicidad que abruma, escapando al índice de probabilidades. Estas claves activadoras son empleadas también por entidades espirituales, mentales y hasta físicas, interesadas en nuestro despertar, ubicándolas a lo largo de nuestro desenvolvimiento diario como avisos y señales.

Las claves activadoras son como un despertador que nos debe ayudar a abrir los ojos a tiempo, de tal manera que percibiendo la existencia de un Plan Maestro en nuestras vidas y en la humanidad, podamos hacer lo que debemos hacer en su momento. Los activadores nos avisan que el momento es llegado para que despertemos del largo sueño en el que estábamos sumidos, recordando nuestra preparación y un compromiso previo, para asumir el rol que nos corresponde en la construcción del puente de luz hacia las estrellas.
Nosotros mismos podemos accionar los mecanismos que disparan los activadores, esto es procurando captar el patrón de periodicidad o procurando entender cuando y bajo qué circunstancias suelen repetirse, hasta que percibamos su significado. Cada uno ha programado antes de nacer sus propios activadores, y es nuestro “Yo Soy”, “Maestro Interno”, “Guía Personal” ó “Real Ser” de cada uno, el que se encarga principalmente de llamarnos la atención colocándolos en nuestro camino o dirigiendo nuestra atención hacia ellos. Estos activadores están relacionados con la misión de cada quien.

Todo ser humano está sujeto a un Plan basado en el cumplimiento de dos misiones fundamentales: la primera es realizarse como persona, conociéndonos a nosotros mismos, descubriendo nuestras potencialidades para desarrollarlas puliendo paralelamente nuestros defectos; y la segunda es descubrir a partir del autoconocimiento, nuestro lugar y ubicación así como el rol en la gran misión. La Gran Misión es aquella que involucra a todos, pero que no muchos están dispuestos a realizar comprometiéndonos con el planeta y con la evolución general. Es como tener aptitud para la música, y ser capaz de tocar varios instrumentos, pero lo importante sería descubrir en qué instrumento podríamos destacar mejor dentro de la orquesta, y con qué clase de música nos identificamos.

Si bien es cierto que esta misión colectiva de la humanidad posee sus propios activadores, los cuales empiezan a actuar una vez que uno se ha decidido a avanzar haciendo caso a los propios, estos nos afectan a cada uno de forma diferente, o mas bien nos dicen a cada quien algo similar y a la vez diferente, que nos complementa, obligándonos a intercambiar la información para tener una visión panorámica de conjunto.
Muchas personas aún no están en la edad evolutiva de darse cuenta que existen activadores. Ni siquiera se percatan del sin fin de sincronicidades que van en aumento en nuestra vida diaria y alrededor nuestro. Requerirán varias encarnaciones para percibirlo por sí mismos. Pero como los tiempos se han acelerado encontrándonos en medio del fin de un ciclo cósmico, hay fuerzas positivas poderosas contribuyendo en el despertar colectivo. Nosotros mismos podemos servir de detonador y activador de los demás. Usemos como ejemplo cómo en vuestra vida, los niños pequeños no suelen usar relojes despertadores en sus habitaciones, sino que son más bien sus padres los que se encargan de despertarlos por las mañanas para que se preparen para ir a la escuela, recordándoles su responsabilidad de asistir.

También es cierto que no todos reaccionan frente al llamado de los activadores. Es como cuando suena el reloj despertador por la mañana y hay quien a pesar de que lo escucha, no le hace caso, o quien lo apaga y sigue durmiendo. Se da también la situación de quien con gran esfuerzo se despierta y se vuelve a quedar dormido pero sentado en el borde de la cama. Por otro lado están los responsables, que suena el despertador y se levantan inmediatamente; mientras que otros se despiertan antes que llegue a repiquetear, porque para ellos el despertador es sólo una seguridad para no dejar de responder comprometidamente.
El ser humano es como un actor que en cada encarnación asume un personaje. Y al identificarse con éste, muchas veces corre el riesgo de olvidarse que es un actor. Por ello la aventura humana es recordar que somos actores realizando un papel, el cual es útil pero transitorio. El personaje suele variar de una obra a otra, pero el actor siempre es el mismo. Y la idea es representar lo mejor posible cada personaje para aprender y enseñar a través de él.

Generalmente el “Maestro Interno” o “Real Ser” que es el actor, procura comunicarse con nuestro “Ego Inferior o Personalidad” que es el personaje, y lo suele hacer a través del lenguaje simbólico de los sueños. Pero no sólo mediante los sueños, sino también a través de las visualizaciones que permiten la aparición de símbolos, o mediante claves activadoras que se nos presentan a lo largo de la existencia.

Cada número o clave tiene un valor secreto, aplicable para el momento en que se nos aparece, al que podríamos acceder si combinamos la intuición, la imaginación y la inteligencia. Y es a través de las meditaciones que se nos irá revelando el profundo significado de éstas claves activadoras.
Hablemos de las claves cuando estas se presentan como números, para ello recordemos que una de las formas más antiguas de trasmisión de conocimiento oculto fue a través de los números en el antiguo Egipto.
El número 144,000 simboliza en las sagradas escrituras el colectivo necesario para revertir el futuro planetario; es el número necesario para afectar el inconciente colectivo de la humanidad y generar un despertar de conciencias.

En la cifra 144,000 nos encontramos con el número 12, que es el discipulado; el que aprende a ser maestro, y aprende a enseñar aplicando la enseñanza. Y el mil que es símbolo de multitud. Por lo que el número 144,000 que se menciona en el capítulo 7 del Apocalipsis hace referencia a aquella multitud de discípulos que han lavado sus vestiduras (despertado conciencia), y que se han auto elegido para despertar a otros.
Así que éste número 12x12x1000= 144,000, simboliza la multitud de los necesarios para iniciar la reacción en cadena. Es pues el simbolismo de la cantidad mínima necesaria que inicia el cambio mundial para que millones reaccionen.

Es interesante que en las leyendas de los indios Hopi del sur de los Estados Unidos, y del norte de México, ellos hablaban de la necesidad de reunir a 144,000 “danzantes del Sol”, que se mantuvieran danzando durante la terrible noche oscura de la humanidad (fin del ciclo), para asegurar así el nacimiento del nuevo día.
Citando algunas de las claves que más suelen repetirse como activadores, pero sin negar que son muchos más además de los que aquí se nombran, tenemos:

El número 1000 simboliza en las sagradas escrituras “multitud o muchedumbre”, también los ciclos.
La clave 88 simboliza la vibración superior permanente en los aspectos femeninos de la creación. Es una fuerza intuitiva que actúa como un indicador de peligro frente a la asechanza de las fuerzas negativas, y a la que la persona debe de estar atenta y hacerle mucho caso. Esta clave marca los tiempos físicos y la actitud de abnegación y humildad, de espíritu de servicio y amor incondicional para que logremos y mantengamos el equilibrio necesario en nosotros, y en el ambiente que beneficie al equilibrio general.

La clave 44 simboliza preparación y actitud positiva. La persona se encuentra en la ubicación correcta; en las coordenadas exactas o en el lugar indicado para hacer lo que tiene o se espera que haga. Esta clave hace referencia también a la necesidad de aplicar todo lo aprendido durante el proceso de preparación manteniendo una actitud mental positiva. Este número viene acompañado de grandes compromisos y sacrificios.