Estimamos que una acción es positiva o negativa no en función de su propio contenido, sino según la alegría o la pena que nos procura.
Cuando el espíritu desarrolla cualidades espirituales y llega a desembarazarse de todo aquello que le pone trabas, es capaz de ver claramente la realidad de los fenómenos, hasta que percibe la naturaleza última sin ninguna obstrucción más. Esa percepción de los fenómenos tal como son, en realidad es la sabiduría que conoce todas las cosas sin la menor idea falsa. Es un estado de sabiduría que no puede velarse ni deteriorarse .
Por naturaleza el espíritu, claro y consciente, está libre de todo defecto, y no puede verse afectado por los oscurantismos. Ningún fenómeno, sea mental o exterior, puede afectarlo. Nada puede modificar esa cualidad natural que es el carácter innato del espíritu. La creencia en la realidad de las cosas se funda en una percepción inexacta, y se revela opuesta por completo a la naturaleza del espíritu.
La ignorancia, es decir, la creencia según la cual las cosas son ciertas, es extremadamente poderosa. Pero deberíamos recordar que es un error, un malentendido al cual nos agarramos, pero sin ningún fundamento en realidad. Su contrario, la comprensión de que los fenómenos no tienen realidad alguna, está fundada en una verdad lógica que resiste a todos los argumentos. Si uno se familiariza con esta comprensión puede desarrollarla indefinidamente, ya que es a la vez la verdad y una cualidad natural del espíritu.
Cuando el espíritu se halla completamente liberado de emociones y tendencias negativas, comprende y conoce todos los fenómenos. Ejerciendo y utilizando los métodos correctos podemos concretar nuestro potencial para alcanzar una omnisciencia semejante. Sólo porque existen velos oscuros entre el espíritu y su objeto somos incapaces de conocer todas las cosas. Una vez que esos velos se disipan, no necesitamos ningún poder nuevo. Ver y ser consciente es la naturaleza misma del espíritu.
Mientras existe el espíritu, existe la capacidad de saber. Pero esta aptitud no se revela mientras no se hayan suprimido todos los oscurantismos.