Si hay amor, tenemos la esperanza de lograr verdaderas comunidades, una verdadera fraternidad, una verdadera serenidad, una verdadera paz.
La autodisciplina, aunque resulta difícil cuando se combaten las emociones negativas, debería ser una medida defensiva. Al menos seríamos capaces de evitar que surgieran comportamientos negativos producto de emociones negativas. Es lo que llamamos shila , la ética moral. Si nos familiarizamos con ella, con atención y plena conciencia, ese modelo se convierte finalmente en parte de nuestra vida.
Debemos tener la convicción de que el camino que seguimos lleva a la verdad última y aprender a conciliar esta contradicción: la vía que yo sigo es la verdad última para mí, y la vía que sigue mi vecino le lleva igualmente a su verdad.
Creamos o no en una religión, creamos o no en la reencarnación, no hay nadie que no aprecie la amabilidad y la compasión.
Todos tenemos necesidad los unos de los otros. Nos hace falta, en consecuencia, adquirir un sentido universal de nuestra responsabilidad.
No podemos aprender la verdadera paciencia o la intolerancia de un gurú o un amigo. Sólo se pueden practicar si entramos en contacto con alguien que genera experiencias desagradables. Según Shantideva. los enemigos son verdaderamente buenos para nosotros, porque podemos aprender mucho gracias a ellos, y construir así nuestra fuerza interior.