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viernes, noviembre 18, 2011

Meditaciones Diarias

 

Nadie puede permanecer enfadado mucho tiempo. Como existe la conciencia, ni siquiera una persona muy irritable puede permanecer encolerizada en todo momento.
Hasta en el caso de un apego particular y poderoso, la naturaleza intrínseca del espíritu muestra que se puede cambiar.
En función de apegos externos o internos, este apego puede crecer o decrecer. Existe, pues, un medio para reducirlo.
"El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama" 


Tenemos la posibilidad de eliminar todos nuestros pensamientos negativos.
Con el tiempo, la meditación se hace más profunda y las emociones y los pensamientos negativos pueden ser eliminados al fin.
Este estado del espíritu es el que llamamos habitualmente nirvana, moksha o cesación.  


La gente tiene la impresión de que la cesación o el nirvana es la nada, y de que todas las sensaciones, la conciencia y las cosas se disuelven en el vacío, y no queda nada. Es falso.
En realidad, el nirvana no es más que el estado enteramente purificado de nuestro espíritu. Es la naturaleza última del espíritu desembarazado de todas las emociones penosas.  

Si queremos conseguir la felicidad, debemos poner toda nuestra atención en su fuente última. Debemos practicar el amor y la amabilidad, e intentar contener y reducir nuestra cólera.
No son sólo cuestiones religiosas.
Conciernen también a nuestra felicidad cotidiana.  


La práctica del amor y de la compasión, no tiene nada que ver con una implicación religiosa o con algo sagrado. Es una cuestión de supervivencia.
La compasión es el factor esencial. 

Es bueno ayudar a morir en paz y calma a aquellos que no practican ninguna religión.
La actitud mental en el instante de la muerte es extremadamente importante. Es ésta la que determina el karma que será solicitado en el momento del paso, y por tanto las condiciones de la vida y el renacimiento futuro.


Debemos aprender a obrar no solamente para nosotros mismos, y para los nuestros, sino también para el bien de la Humanidad por entero.
La responsabilidad universal es la mejor de las bases para construir a la vez nuestra felicidad personal y la paz mundial.


El diálogo es la única forma razonable e inteligente de resolver las diferencias y los conflictos de intereses, tanto entre los hombres como entre las naciones.
Es nuestro deber promover la cultura del diálogo y la no violencia para el porvenir de la humanidad

La clave de la creación de un mundo mejor y más pacífico reside en el desarrollo del amor y de la compasión.
Eso significa, naturalmente, que debemos desarrollarlos entre nuestras hermanas y hermanos menos bien intencionados que nosotros.

La responsabilidad  universal es la clave de la supervivencia humana. 

La práctica de la compasión no es utópica. Es la vía más eficaz para obrar en el mejor interés de los demás y de nosotros mismos.
Cuanto más interdependientes nos volvamos, más interés tendremos en asegurar el bienestar de los demás

Lo más importante es no perturbar el espíritu. 
 
Perder el sentimiento de uno mismo es provocar el desánimo, la duda y el odio a si mismo .
Disminuir el sentido negativo de uno mismo es lo que debe prevalecer