Nacido en Wexford, una ciudad que está en el sudeste de Irlanda, en diciembre de 1967, Jimmy Lawlor vive y trabaja ahora en Westport, que no sé si llamerlo pueblo, pero sí una pequeña ciudad del Condado Mayo, al oeste de su pais, del que evidentemente es una gran conocedor y disfrutón. ¿Quién dijo que el arte debe ser algo grave y serio?. Jimmy nos demuestra que es posible disfrutar riéndonos al contemplar sus pinturas:
Jim inicialmente trabajaba en el campo de la ilustración gráfica, pero en la década de 1990 decidió dedicar todo su tiempo a su carrera en la pintura de arte. Desde entonces ha realizado numerosas exposiciones en galerías de toda Irlanda y ha realizado numerosas imágenes que ha publicado en artículos en revistas y anuncios.
El trabajo de Jimmy deriva de su inspiración en su entorno pastoril. Presenta escenas familiares de la Irlanda rural: la gente, pueblos, paisajes y animales, pero con un toque de humor, a menudo ilustrando transcripciones literales de expresiones coloquiales en las que Irlanda es muy rica, quizá no tanto como los cachondos españoles, pero tiene sus cosas: Por ejemploellos suelen decir cosas como estas:
- La botas del diablo no hacen ruido
- Si no te gusta el tiempo de Irlanda, espera 5 minutos
- No oigas lo que oyes, no veas lo que ves, y si te preguntan… Di que no sabes
- Elogia el campo maduro, no el maiz verde
- Si vives en mi corazón vivirás gratis

“Llamo a mi trabajo surrealismo. Tomo elementos de mi entorno y mezclo el tema con los lugareños en su entorno haciendo lo que más les gusta hacer. En su modo, han contribuido a crear el ambiente de ellos, ya sean agricultores, empresarios, estudiantes o lo contrario. Cada ciudad tiene sus propios personajes y características que básicamente son las mismas pero únicas para cada ciudad. Felicito a estas personas y su carácter, que los hace únicos. El humor de los pequeños gestos de la gente irlandesa es fantástico, A los que me encontré mientras pintaba son todos personas honorables, cada uno con una historia en sus rostros y en sus ojos un brillo que desmiente su edad. No hay nada mejor para mí que para captar el carácter de la persona, y presentar el resultado final con ellos.”

Su obra se cotiza entre los 3000 y 4000 euros, los pequeños cuadros acrílicos, lo que permite una inversión asequible no solo a los grandes coleccionistas, por lo que ya tiene una importante lista de espera, pero además los expositores norteamericanos ha fijado su vista en él y sus compromisos para el año próximo son muy numerosos, así que como ya es difícil comprar una de sus obras, te animamos a que te diviertas y te rías un rato contemplando las que hemos reunido para ti, como siempre en alta definición: