Shariputra fue uno de los principales discípulos del Buda. En cierta ocasión, el tío de Shariputra llamado Sanyaya, sentía gran curiosidad por conocer al Buda, ya que su sobrino, al que consideraba dotado de una gran inteligencia, se había convertido en su seguidor. Sanyaya fue y busco al Buda. Se acercó y le preguntó: Gautama, ¿cuál es tu enseñanza?, ¿cuáles son tus doctrinas? A mi en lo personal me disgustan las teorías y las doctrinas, y no me suscribo a ninguna de ellas. El Buda sonriendo le preguntó: ¿te suscribes a tu doctrina de no creer en ninguna doctrina? ¿Crees en tu doctrina del no creer? El Buda había puesto el dedo en la llaga. Ya que Sanyaya estaba orgulloso de su creencia en la no creencia. El Buda con gran dulzura le explicó que cuando una persona queda enganchada en su creencia en una doctrina, pierde su libertad de pensamiento. Cuando se vuelve dogmático cree que su doctrina es la única verdad y que todas las demás son herejías. De una visión estrecha siempre surgen conflictos, incluso guerras. Apegarse a las ideas es un gran impedimento para el camino espiritual, ya que cierra la puerta que conduce a la verdad. | Shariputra |
"Mi enseñanza no es una doctrina ni una filosofía, ni tampoco el resultado de mis conjeturas. Lo que yo digo viene de mi propia experiencia. Yo enseño que todo es impermanente, que nada tiene una entidad separada, que todas las cosas dependen de otras para poder existir y mantenerse y que no hay una fuente única u original de la que surja todo lo demás.
Yo he llegado a experimentar estas verdades directamente y tú también puedes hacerlo. Mi objetivo no es explicar el universo, sino ayudar a los demás para que tengan una experiencia directa de la realidad.
Mi enseñanza es sólo un método para experimentar la realidad y no la realidad en si misma, de la misma manera que el dedo que señala la luna no es la luna.
Una persona inteligente utiliza el dedo para ver la luna. Aquel que quede apegado al dedo, nunca verá la luna.
Mi enseñanza es como un bote que se utiliza para cruzar el río. Sólo un tonto cargaría con el bote habiendo llegado ya a la otra orilla, a la liberación".