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jueves, agosto 04, 2011

Ser un trabajador de la luz


 
Estamos relacionados profundamente y hay un nivel en el cual somos uno. El uno, la conciencia íntegra que nos une puede sentirse como una energía de libertad, de creatividad, de bondad y de alegría. Este es vuestro verdadero origen y hogar. Ahora ustedes se han manifestado en una forma corporal localizada en el tiempo y en el espacio, pero ustedes son mucho más que eso. Yo ahora les pido que sientan esta conciencia enorme e ilimitada de la cual forman parte. Sientan a Dios adentro y sientan cuán simple es esta energía. Dios no está en la cima de alguna jerarquía mirándolos a ustedes hacia abajo. Dios es el flujo de energía que corre a través de todo: a través de ustedes, a través de todos los seres vivos de la Tierra e incluso a través de lo que parecen ser cosas inanimadas en vuestro entorno material. Dios está en todas partes.
 
Dios no está limitado por las formas. Dios es una conciencia pura, creativa, conectada con las formas materiales en el tiempo y en el espacio para experimentar la vida en una miríada de formas. Ahora sientan quiénes son ustedes en este gran flujo divino: una chispa de luz dentro de un océano de conciencia viva, pero una chispa indestructible que ofrece una contribución única a la totalidad. Sientan la fuerza indestructible dentro de ustedes, está ahí por siempre. Ustedes son parte de Dios.
 
Vuestra conciencia es divinamente creativa. Ustedes eligieron vuestro camino de vida y de experiencias. Aún cuando a menudo no lo sientan así siendo un humano, adentro en lo profundo hay una fuerza creativa en ustedes que diseña ciertos sucesos de cambio en vuestra vida y atrae ciertas experiencias que ustedes desean atravesar para comprender, crecer y expandirse. Esencialmente, ustedes nunca son una víctima de este mundo. En el centro de quienes ustedes son, nunca son impotentes o están devastados. Porque en ese centro está la chispa de Dios que dice “sí” a la experiencia por la que pasan estando en una forma corporal, y que sabe que ustedes son capaces de aprender de eso de modo que vuestra conciencia se vuelva incluso más amplia y más compasiva.
 
Abracen este poder creativo interior, el cual atrajo a ustedes la vida que ahora experimentan. Abracen vuestra vida con todos los altos y bajos. Ustedes tienen el poder de vivirla bien. La satisfacción más grande que encontrarán será cuando recuerden quiénes son mientras están en una forma, arrebatados por las demandas y los desafíos de la vida en la Tierra.  Recordar quiénes son permite que la chispa de luz divina se conecte totalmente con vuestro ser humano. Rendirse a esta chispa interior de luz creativa, ilimitada cambiará vuestra vida y también cambiará las vidas de otras personas.
 
Ustedes quienes están leyendo esto, y quienes se sienten atraídos hacia la energía Crística, son algunos de los que anhelan hacer brillar su luz interior en el mundo. Ustedes añoran manifestarse como un trabajador de la luz, significando que ustedes sienten el deseo de esparcir luz y de elevar la conciencia en la Tierra. Vuestra pasión es pura y real; viene del centro de quienes son, de vuestra alma. Es la chipa de Dios dentro de ustedes la que los conduce hacia este deseo, porque es natural para Dios querer compartir la alegría, la luz y la compasión. Cada vez que se sienten felices en expresar quienes realmente son están sintiendo también la felicidad de Dios, ¡porque Dios y ustedes son uno en el corazón!
 
Ustedes a menudo se preguntan de qué se trata realmente el trabajo de luz. ¿Qué significa esparcir luz u ofrecer sanación a otras personas? Esa es la pregunta que me gustaría tratar hoy. Primero que todo, necesitamos echar una mirada más cercana a la relación entre las personas cuando uno está ayudando a otro. Quisiera señalar que algo extraño sucede con la distinción entre salud y enfermedad, o entre entero y quebrado, como se usa en vuestra sociedad. Cuando ustedes van al doctor porque tienen un problema médico, ustedes son una “persona enferma en necesidad de tratamiento”. Se supone que los doctores saben algo que ustedes no saben. Ellos son los expertos y ustedes fácilmente llegan a sentir que vuestra salud está en sus manos. No es muy diferente cuando sufren de problemas mentales o emocionales. Si las personas ven a un terapeuta, psicólogo o sanador, ellos silenciosamente presuponen que estos expertos tienen algún conocimiento o habilidad superior lo cual puede ayudarlos a resolver sus asuntos. Por el mismo modo en la que la relación entre paciente y doctor o cliente y terapeuta es definida, algo sucede en la propia percepción de ambas partes involucradas.
 
Al enmarcar esta relación en términos de uno teniendo más conocimiento y perspicacia que el otro, se sugiere que el cliente necesita al terapeuta/sanador/doctor para recibir algo que ellos mismos carecen y que no pueden darse a sí mismos. Se asume que el terapeuta está sano y entero, y ofrece luz y sanación al que está enfermo/o quebrado. Desde este punto de vista, el terapeuta o sanador está delante del paciente, y está en posesión de algo que ellos entregan al que está careciendo de este conocimiento o habilidad.
 
Desde una perspectiva espiritual, este punto de vista es falso y distorsionado. Esto ya mismo los hace comenzar con el pie equivocado. Sin embargo está profundamente engranado en vuestra sociedad, tanto en el cuidado de la salud física como mental. Fíjense cuán fácil es sentirse más pequeño que la persona a la que están visitando por un consejo médico o espiritual. Ustedes son los que tienen el problema; ellos son los que tienen la solución. Es una trampa tan común para las personas que diariamente ayudan a otros identificarse mucho con su rol de asistente, que ellos no pueden soltar ese rol. Ellos se definen a sí mismos con eso y esto los vuelve dependientes de sus clientes o pacientes, tanto como para la otra parte. El cliente puede sentir que necesita al asistente para curarse o sanarse, pero el asistente necesita al cliente también para sostener su imagen de ser el asistente: la persona inteligente y más grande que desea compartir sus logros con el que está en necesidad. Es fácil ahora que surjan relaciones desequilibradas, las cuales se centran en torno al poder y la dependencia.
 
El trabajo de luz es algo muy diferente. Para comprender de qué se trata realmente el trabajo de luz o la sanación espiritual, ustedes necesitan liberarse de la imagen tradicional de “terapeuta ayudando al cliente” o “doctor curando al paciente”. Ustedes necesitan soltar la verdadera idea de que ayudar tiene que ver con dar algo a algún otro. La verdadera idea de que la otra persona está careciendo de algo es perjudicial para su proceso de sanación. La verdad es que el único modo de ayudar a alguien es volverlos a ellos conscientes de su propio poder y habilidad para sanarse a ellos mismos. Es la marca de un buen maestro que ellos se hacen pequeños en lugar de grandes. Los verdaderos maestros los invitan a recuperar vuestro poder interior y ellos no compran la sugerencia de que ustedes son pequeños, necesitados y dependientes de alguien más. Los verdaderos maestros nunca se presentan como autoridades. Es algo tonto hacer eso. El verdadero don de un sanador es volver a la otra persona consciente de su propia autoridad interior, el hecho de que ellos son una chispa de Dios y que tienen disponible todo el conocimiento que necesitan.
 
La verdadera sanación es muy simple. No requiere métodos o conocimientos elaborados. Aquí estoy hablando de sanación para el alma. Por supuesto que los problemas físicos pueden necesitar ser atendidos por un experto médico que tiene habilidades y conocimientos muy específicos. Sin embargo la sanación que afecta al alma es muy simple. Si ustedes van al centro raíz de los problemas mentales así también como físicos en las personas, de algún modo encontrarán la creencia de que ellos se sienten ineficaces, indignos, desagradables, solos y fracasados.
 
La causa raíz es que esas personas se sienten desconectadas de su verdadero ser, la chispa de luz divina que ellos realmente son. Ofrecer sanación a las personas es abrir su recuerdo del Hogar, recordarles su perfecta belleza, fuerza e inocencia.
 
¿Cómo hacen esto? Primero, no hay métodos o remedios establecidos. No es un procedimiento mecánico. Es una transmisión energética que puede ocurrir de muchas formas diferentes. Volveré a hablar de esto. Segundo, nadie sana a menos que ellos decidan abrirse a la sanación. Ustedes no pueden forzar la sanación sobre nadie. Es decisión de ellos. De hecho, la sanación tiene algo de milagroso: es el nacimiento de una nueva conciencia en el alma. Es su creación y no puede predecirse de antemano. En la vida de cada uno hay momentos en los cuales ustedes enfrentan la elección entre la luz y la oscuridad. La oscuridad representa rendirse al juicio y al odio hacia uno mismo, a los pensamientos negativos y al miedo. La luz representa abrirse a la bondad, al perdón, a la alegría y a la abundancia que es verdaderamente la marca de la divinidad. Es tarea de ustedes elegir. Incluso si el ángel más bello los está llamando para que liberen el pasado y entren al reino de Dios, significando que se funden otra vez con la chispa de Luz que son, es tarea de ustedes decidir. Si ustedes aún están inmersos en imágenes profundamente negativas de ustedes mismos o de otras personas, si están en la esclavitud del miedo y de la ira, ustedes incluso no notarán al ángel. En verdad, el ángel de la sanación siempre está cerca de ustedes. Es vuestro ser verdadero o superior, vuestra divinidad tratando de hacerles recordar quiénes son. A veces, en vuestras vidas, ustedes se encuentran con personas que por un tiempo juegan el rol de ángel sanador. Ellos pueden incluso no ser conscientes de ello, pero ellos les recuerdan a ustedes quiénes son realmente. Mientras ellos los escuchan o les hablan, de repente una chispa del ustedes real entra en vuestra conciencia y ustedes se sienten alegres e inspirados luego de haber estado con ellos. Esto los puede inspirar a elegir por la luz, a tomar decisiones en vuestra vida que sirven a vuestro ser superior, vuestra verdadera pasión y amor por la vida. La presencia del ángel puede actuar como un recordatorio, y puede ser la clave para cambiar vuestra vida, pero incluso entonces, es vuestra decisión confiar y dar el salto hacia la fe. ¡Sólo ustedes pueden hacer que suceda el milagro!
 
Ustedes pueden haber encontrado ángeles de sanación en vuestra vida y probablemente en varias ocasiones hayan sido un ángel de sanación para otros, incluso si no se dieron cuenta. Lo que quiero resaltar aquí es que de esto se trata el trabajo de luz. No tiene que ver con curar o componer a las personas, no se trata de ofrecer soluciones o sus problemas. No se trata de enseñarles ciertas habilidades o conocimiento o normas éticas. Todas estas acciones presuponen que a ellos les está faltando algo, que ellos son pequeños e indefensos. La sanación espiritual da vuelta esta imagen. Lo que ustedes le ofrecen a alguien más si quieren ofrecer sanación espiritual es realmente un cambio de percepción. En lugar de enfocarse en sus problemas, en sus asuntos y en sus sentimientos de incapacidad, ustedes se enfocan en su esencia, en su totalidad, en su radiante belleza. Si hay algo que dar por parte del sanador espiritual, es el don de la verdadera visión. Si ustedes son capaces de mirar más allá del dolor, de la ira, del miedo y del comportamiento autodestructivo de alguien, y ven el ángel de luz en su rostro, ustedes le ofrecen algo muy precioso. Al mirar su verdadera esencia, ustedes dulcemente la están invitando y la están llamando a que se haga presente. Percibir el verdadero poder y la luz interior de alguien más, incluso si no se muestran en la superficie, es como llamar a alguien por su verdadero nombre. Nada es tan poderoso como ser llamado por tu verdadero nombre.
 
Lo que yo hice cuando realicé los así llamados milagros de sanación en mi vida en la Tierra como Jesús, fue que entré en contacto con la esencia divina de alguien. Al ver y sentir la chispa de lo divino en alguien, se volvió consciente y fue su esencia divina la que realizó la sanación, no yo. Fue su propia remembranza lo que recuperó en ellos la salud mental e incluso física. Esos encuentros no siempre daban como resultado la sanación, porque siempre dependería de si la otra persona decidía abrirse a la sanación. El milagro estaba en ellos, y es importante recordar esto siempre que ustedes trabajen con personas con el propósito de la sanación espiritual.
 
Toda la sanación espiritual viene desde adentro. Como un trabajador de la luz ustedes no están sanando a nadie. Ustedes están creando el espacio de apertura, de estar sin juzgar, lo cual invita a la otra persona a mirarse con apertura y compasión. En lugar de tratar de resolver algún problema por fuera, ustedes se están conectando con el alma de la otra persona y están sosteniendo para ellos una visión de confianza y claridad. Este es el modo de obrar del trabajador de la luz. Ustedes están intentando devolverle a la otra persona su grandeza, en lugar de enfocarse en su pequeñez. Trabajar con alguien a nivel del alma significa que ustedes le muestran su responsabilidad por su propia vida. Debido a que ustedes hacen esto amorosamente y sin juzgar, esta responsabilidad no se sentirá como una carga. Se sentirá habilitante y liberador tomar responsabilidad. Al creer realmente en los poderes creativos de la otra persona, ustedes le reflejan su propia fuerza a través de vuestros ojos y palabras. Al enfocarse en lo que es completo e inmaculado en ellos, ustedes lo refuerzan.
 
Sólo pueden hacerlo así si ustedes realmente lo creen. Si en algún nivel ustedes dudan de que ellos puedan hacerlo, ustedes afirman su sensación de debilidad en lugar de invocar su fuerza. Son más poderosos como sanadores si ustedes confían completamente en la habilidad de la otra persona para resolver los problemas y liberar cualquier idea que ellos tengan de ser dependientes de ustedes. Muchos de ustedes sienten que devolver la responsabilidad a la gente de esta manera significa abandonarlos o decirles que resuelvan el asunto ellos mismos. Sin embargo, soltar todas las ataduras de dependencia no significa que ustedes ya no están ahí para ellos. Ustedes aún están ahí, sosteniendo su fe en su verdadera fuerza y poder interior, alentándolos a ir más allá de sus limitaciones autoimpuestas y ser todo lo que ellos pueden ser. Será elección de ellos qué hacer con el espacio de sanación que ustedes ofrecen.
 
Yo sé que muchos de ustedes pasan por un mal momento cuando ven sufrir a otras personas, especialmente si son seres queridos. Puede parecer imposible parar de “ayudarlos”, soltar y poner vuestra energía en otro lugar. Pero, por favor tómense un momento y consideren si realmente los están ayudando al mantenerse agarrados. Si ellos son dependientes de vuestra energía de bondad y apoyo para sentirse bien, ¿cómo harán para enfrentar su propia falta de bondad y apoyo hacia ellos mismos? A nivel del alma ustedes podrían estar reforzando su debilidad en lugar de despertar su verdadero poder interior. Esto los afecta negativamente a ambos.
 
Ser un trabajador de la luz o un sanador espiritual significa que ustedes buscan conectarse con alguien de alma a alma. A nivel del alma todos los seres son iguales y ninguno está por delante de algún otro. Todos ustedes son chispas del ser divino que ustedes llaman Dios. A nivel humano podría parecer que una persona es más inteligente, evolucionada o sabia que otra persona. Sin embargo, si ustedes lo observan desde la perspectiva del alma esta clase de juicio se vuelve obsoleto. Todas las almas están viajando a través del universo infinito y pasan por varios ciclos de experiencia y desarrollo. Podría ser que ustedes estén ayudando a alguien que está sufriendo un severo desequilibrio emocional debido a circunstancias muy difíciles que ellos encontraron en sus vidas. En este momento ustedes pueden ser el que ofrece asistencia. Pero más tarde, una vez que el que sufre ha recuperado su fuerza, ellos pueden volverse su maestro y mostrarles una profundidad de sabiduría y compasión que los deje asombrados.
 
Para ofrecer sanación espiritual o ser un trabajador de la luz es importante recordar siempre que a nivel del alma son iguales a la otra persona. Es esencial que ustedes reconozcan vuestra propia calidad de humano y que realmente están en el mismo bote que la otra persona. Pueden estar sosteniendo un espacio de luz y compasión para alguien, pero eso no los hace a ustedes diferentes de ellos, en el sentido de “ser superior” o “estar por encima” de ellos. No se identifiquen con ser un trabajador de la luz. Si se sienten atraídos a ayudar a las personas a descubrir su verdadero poder interior, sigan vuestra pasión y hagan lo que aman hacer. El trabajo de luz puede tomar toda clase de forma; ciertamente que no está limitado al ofrecimiento de terapia. Generalmente, si ustedes hacen lo que realmente aman hacer verán que inspiran a otros a hacer lo mismo. Ser uno con la chispa de Dios que está en vuestro corazón naturalmente los conducirá al tipo de trabajo, o relación, o lugar donde vivir adecuado. Vivir desde el corazón es realmente muy simple. Se trata de conectarse con vuestro deseo del corazón, con vuestra verdadera alegría, y de atreverse a actuar de acuerdo a ello. Hacer esto los hará un trabajador de la luz y no necesariamente porque están “ayudando a otras personas”. Es porque ustedes están trayendo al mundo vuestra canción original del alma que inspirarán a otras personas a que también crean en ellos mismos y a que saquen a relucir lo mejor de ellos. La luz naturalmente irradia hacia afuera. Ustedes no tienen que enfocarse en la pregunta de cómo esparcir luz en el mundo. No traten de ser buenos y útiles. Traten de vivir de acuerdo a vuestra propia naturaleza original y divina, y el mundo será un mejor lugar debido a eso.
 
© Pamela Kribbe 2011