Vesak tiene su origen en el primer mes del calendario hindú. Es el día más sagrado del calendario budista en el que se celebra la existencia e iluminación de Siddharta Gautama, el Buda.
En todos los países de Asia con fuerte presencia budista suele ser fiesta vacacional y en general es celebrado en todo el mundo budista. La decisión de celebrar el Vesak a nivel mundial para recordar el Buda se tomó en 1950en una conferencia de la World Fellowship of Buddhists (WFB).
Coincidiendo con que el calendario budista es de tipo lunar, se acordó celebrarla la luna llena del mes de mayo.En la celebración del Vesak los budistas acuden a templos y hacen ofrendas.
Mediante el ayuno, la oración y eventualmente la meditación grupal, con el delineamiento de meditación Dejar penetrar la Luz. Recitar tantas veces como sea posible La Gran Invocación, los dos días previos al (17 de Mayo de 2011 11.10 am), el día del Festival y durante los dos días posteriores. El programa mínimo es recitarla al amanecer, al mediodía, a las cinco de la tarde, al anochecer y en el momento exacto del Plenilunio que marca el punto culminante. Mantener permanentemente un estado de atención y de serena expectación. Nadie es demasiado insignificante para prestar servicio, pues la totalidad de las vehementes aspiraciones traerá la bendición. Todos podemos hacer algo para terminar con el actual estado de cosas, e introducir un período de paz y de buena voluntad en el mundo.
Leyenda de Wesak
En la cordillera del Himalaya hay un valle elevado, a unos 624 km al oeste de Lhasa y no lejos de Nepal. Esta rodeado por altas montañas cubiertas por árboles y arbustos. El Festival Wesak se celebra en reconocimiento de Buda.Wesak o Vesak corresponde al primer mes del calendario lunar hindú. Se realiza en la luna llena en Tauro momento potente energéticamente, y es cuando se reúnen los Grandes Señores en sus cuerpos etéricos y permanecen frente a la enorme roca que mira hacia el norte. Transmiten el amor y la luz al mundo. Maytreya, Cristo, Sant Kumara, Buda, Sait Germain.
El día de luna llena toda la multitud que se llega hasta allí, por lo general vestida de ropas de blanco, se congregan en la parte sur del valle, dejando el norte para los grandes maestros. Lo hacen en total silencio , unión y meditación. Cerca de la hora de luna llena los maestros llegan para intercambias bendiciones, sonrisas y unas pocas palabras joviales. Luego comienzan a cantar distribuidos en tres círculos concéntricos.El Cristo aparece vestido con un manto blanco puro. Tiene un Cetro de poder en su mano, que le dio el Anciano de los Días para esta ocasión. En el extremo del Cetro hay una gran empuñadura de diamante que irradia un aura azul y anaranjada de gran belleza. Los Iniciados que están en los círculos se inclinan y cantan mantram de salutación y afirmación. Luego los círculos se Amplían y forman una cruz, en cuyo centro está el Cristo.
El próximo movimiento es un triángulo dentro del círculo, en cuyo ápice se alza el Cristo. Esta cerca de la roca y pone su centro sobre ella. En la roca hay ornamentaciones, guirnaldas de flores de loto que la cubren. Luego se impone la estrella de seis puntas. Coloca el cetro nuevamente sobre la roca y todos dirigen sus miradas hacia la roca. Este ritual siempre está acompañado por cánticos.Tan solo unos pocos segundos antes de la luna llena, en el cielo azul aparece una mota de luz que se acerca lentamente, se aclara y transforma en la figura radiante del Señor Gautama Budha, sentado con las piernas cruzadas con un atuendo amarillo puro e inundado de formidable belleza de luz y color. Su mano derecha en alto bendiciendo.
Cuando llega a un punto que está sobre la roca eclipsando a los 3 Señores que están sobre la roca. El cristo pronuncia la gran Invocación y todos los presentes caen tocando la tierra con sus frentes. Se crea una corriente de energía que atraviesa los corazones de todos los presentes. Este es el momento más sagrado del año, el momento en el que la humanidad y la divinidad efectúan un contacto. En este tiempo el Iluminado pasa a Cristo la energía y transforma la voluntad en pro del bien común.
Cristo que es el gran celebrante extiende sus manos y toma el cuenco lo alza por encima de su cabeza y lo pone de nuevo sobre la roca. Entonces los maestros entonan himnos sagrados y el Gran Iluminado luego de bendecir a la muchedumbre desaparece en el espacio.
Cristo distribuye agua bendita a los iniciados y a todos los que están presentes en el valle. Llegan en procesión llenan sus cuencos y se retiran en paz. De esta manera una vez por año en la luna llena de Tauro, la humanidad se carga con las energías de un Gran Amanecer, y a todos los discípulos sinceros se les presenta una extraordinaria oportunidad de expandir su conciencia y, consiguientemente de servir a su semejante.
Extractado de fragmentos de Sinfonía del Zodíaco “La Leyenda de Wesak” de T. Saraydarian.