Limpieza
La temprana lluvia de otoño limpia el embadurnado calor.
Un viajero agradecido respira cielos azules y aire fresco.
Las montañas distantes parecen más vastas y azules,
Y el sonido de la cascada se hace más fuerte.
Viene el otoño. El aire se vuelve fresco y vigorizante. Las frutas del verano están siendo cosechadas; el calor del trabajo está comenzando a refrescar. Hay una sensación más relajada en el aire: La ardiente actividad del verano es reemplazada por las celebraciones del otoño.
En primavera, todos tenemos que esforzarnos por hacer la ascensión del año. En verano, nos deleitamos en la gloria del fuego y el vigor. Ahora podemos comenzar a dejar que las cosas se relajen. Tal como las calabazas están comenzando a rellenarse, y el zapallo cuelga pesado y dorado de las enredaderas, y las hojas están comenzando a matizarse de cálidos colores, nosotros también podemos esperar el sosiego y la tranquilidad.
Este es el momento para cosechar. Pero cada estación de siembra y crecimiento también deja detrás excesos y desperdicios inevitables. El polvo del verano persiste todavía. Los rastrojos en los campos tendrán que ser quemados. Debemos cosechar completamente y luego limpiar completamente. La cosecha es también el momento de la limpiar y de hacer inventarios.
La temprana lluvia de otoño limpia el embadurnado calor.
Un viajero agradecido respira cielos azules y aire fresco.
Las montañas distantes parecen más vastas y azules,
Y el sonido de la cascada se hace más fuerte.
Viene el otoño. El aire se vuelve fresco y vigorizante. Las frutas del verano están siendo cosechadas; el calor del trabajo está comenzando a refrescar. Hay una sensación más relajada en el aire: La ardiente actividad del verano es reemplazada por las celebraciones del otoño.
En primavera, todos tenemos que esforzarnos por hacer la ascensión del año. En verano, nos deleitamos en la gloria del fuego y el vigor. Ahora podemos comenzar a dejar que las cosas se relajen. Tal como las calabazas están comenzando a rellenarse, y el zapallo cuelga pesado y dorado de las enredaderas, y las hojas están comenzando a matizarse de cálidos colores, nosotros también podemos esperar el sosiego y la tranquilidad.
Este es el momento para cosechar. Pero cada estación de siembra y crecimiento también deja detrás excesos y desperdicios inevitables. El polvo del verano persiste todavía. Los rastrojos en los campos tendrán que ser quemados. Debemos cosechar completamente y luego limpiar completamente. La cosecha es también el momento de la limpiar y de hacer inventarios.
Puente
Un arco de ensueño titila en las nubes de tormenta:
Un puente entre el cielo y la tierra.
Su entrada es difícil de encontrar.
En las leyendas se dice que el arcoiris es el puente entre el cielo y la tierra.
Piensa cuan difícil es recorrer ese puente. No sólo aparece muy rara vez, sino que no podemos encontrarlo fácilmente. Parece estar justo en el horizonte, pero mientras más avanzamos hacia él, más nos elude. El encontrar su extremo, el pararse siquiera en su base y contemplar las vertiginosas alturas que han de planear sobre su alto arco, es aún más imposible. Si fuésemos a dar con ese sendero sagrado, ¿podríamos ser lo suficientemente ligeros y lo suficientemente puros para recorrer su superficie de gotas de lluvia hacia el abrazo de los dioses?
Mi compañero dice que una vez vio un triple arcoiris. ¡Qué visión más rara! Verdaderamente, la tierra en que lo vio debe haber estado bendecida, y él tuvo la suerte de que se le haya revelado tal belleza.
Pero otra vez entonces, ¿qué tan alto ha de estar el cielo para necesitar tres puentes insuperables?
Un arco de ensueño titila en las nubes de tormenta:
Un puente entre el cielo y la tierra.
Su entrada es difícil de encontrar.
En las leyendas se dice que el arcoiris es el puente entre el cielo y la tierra.
Piensa cuan difícil es recorrer ese puente. No sólo aparece muy rara vez, sino que no podemos encontrarlo fácilmente. Parece estar justo en el horizonte, pero mientras más avanzamos hacia él, más nos elude. El encontrar su extremo, el pararse siquiera en su base y contemplar las vertiginosas alturas que han de planear sobre su alto arco, es aún más imposible. Si fuésemos a dar con ese sendero sagrado, ¿podríamos ser lo suficientemente ligeros y lo suficientemente puros para recorrer su superficie de gotas de lluvia hacia el abrazo de los dioses?
Mi compañero dice que una vez vio un triple arcoiris. ¡Qué visión más rara! Verdaderamente, la tierra en que lo vio debe haber estado bendecida, y él tuvo la suerte de que se le haya revelado tal belleza.
Pero otra vez entonces, ¿qué tan alto ha de estar el cielo para necesitar tres puentes insuperables?