Gratitud a la energía primigenia PADRE-MADRE que puebla el cosmos. La que todo impregna y de la todo nace dando origen a los diferentes universos, con sus correspondientes constelaciones, galaxias, nebulosas, sistemas, planetas, etc.
Podemos intentar comprender el cosmos, equiparándolo para una mayor claridad, a un cuerpo humano. Visualicemos pues el cosmos como un cuerpo que en su interior integra todo. Así como a un cuerpo humano lo componen entre otros: células, órganos, sistemas, tejidos, huesos, venas, arterias, etc. y todos y cada uno de ellos son unidades de vida, desde la más simple como la célula, hasta los más complejos, como órganos o sistemas; así también el cosmos estaría formado por neutrones, protones, electrones, planetas, sistemas, galaxias, nebulosas, constelaciones, etc.
Gratitud a la Vía Láctea, galaxia en la que viajamos y a las miles de estrellas que la pueblan. Nuestra galaxia bien podría ser o lo podríamos equiparar dentro de un cuerpo humano llamado universo, un sistema compuesto a la vez por órganos, que podrían ser las diferentes estrellas que pueblan la Vía Láctea.
La Vía Láctea es una galaxia espiral en la que se encuentra el Sistema Solar y, por ende, la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es una espiral barrada; con un diámetro medio de unos 100.000 años luz, se calcula que contiene entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la Galaxia de Andrómeda
Gratitud al Sol. El sistema solar está compuesto por la Tierra y los planetas Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; más un conjunto de otros cuerpos menores: planetas enanos (Plutón, Eris, Makemake, Haumea y Ceres), asteroides, satélites naturales, cometas… así como el espacio interplanetario comprendido entre ellos.
EL SOL, ese gran ser que es la primera manifestación de lo que es servicio y entrega a los demás. El sol entrega su energía, la cual se manifiesta como Luz, como calor, como vida y como Amor. El SOL da la energía primera y vital a la Tierra. En el SOL está la semilla del amor incondicional.
También manifestamos nuestra gratitud al resto de planetas, hermanos nuestros que nos acompañan en el viaje galáctico, y con los cuales estamos interrelacionados guardando un justo equilibrio.
Gratitud a los primeros elementos que poblaron la Tierra que tras eones de tiempo de su trabajo dieron lugar al clima adecuado para el origen de la vida en el planeta Tierra.
Gratitud a las bacterias primeras que poblaron la Tierra y que de su origen todo ser evolucionó.
Gratitud a la Jerarquía y a la Hermandad Blanca por su amor, sabiduría y servicio hacia los reinos de la Tierra. Gracias a su ayuda el ser humano ha evolucionado más rápidamente.
La Hermandad Blanca está en el corazón de cada caminante; en cada rastro de polvo en las sandalias del monje silencioso; en el amanecer destellante y en el fulgor de las estrellas de la noche; es pues el llamado de los siglos, el tiempo sin tiempo, la clave del despertar de la Humanidad.
La Gran Hermandad Blanca Universal trae consigo la evolución cósmica, traza el sendero perfectible, acompañando y aconsejando a todo aquel que se esfuerza, sacrificándose en seguirlo. Las Vestiduras Blancas designan en forma exterior a todos los que la conforman, pero sólo es una formalidad ya que nadie ve la evolución; la siente, y eso es suficiente.
Gratitud a los ángeles, arcángeles, devas, guías, maestros, que de manera incondicional nos prestan su ayuda, sirviendo así al equilibrio y al plan del Padre-Madre
Gratitud a nuestra madre Tierra. Gran ser que nos lleva en su interior. La Tierra a semejanza de un cuerpo humano, está compuesta por parte sólida (los continentes) como parte líquida y a modo de venas arterias etc. como mares, océanos, ríos, canales subterráneos. El aire y el fuego que están en todo lugar como esa energía que todo lo puebla, todo lo impregna, pero que no se ve.
¿Cómo no agradecer a nuestra madre la vida, si somos parte de ella? ¿Cómo no agradecer a nuestra madre la vida, si nuestro cuerpo es parte de ella?
Gratitud a los reinos mineral, vegetal y animal que junto al humano, e interrelacionados caminamos en esta evolución.
Gratitud también a todo ser humano que puebla la Tierra, sin él esta aventura cósmica no habría tenido lugar
El mayor conflicto que intenta superar el ser humano es el sentirse separado de los demás y solo, tremendamente solo. Es bueno comprender que nunca hemos estado solos, y que nunca hemos estado separados. Somos físicamente creados de materia que ha sido creada de energía. Todos sabemos que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Hermanos siempre hemos estado junto a nuestro creador, nunca nos hemos separado de Él, pues somos parte de Él. Todo el cosmos es el cuerpo del Creador. Así pues siempre hemos estado en Él y somos hechos de Él. ¿Cómo hemos de sentirnos solos?
Gratitud, gratitud, gratitud.
Hermanos todos, la Tierra ha de brillar de gratitud. La rejilla energética que envuelve la Tierra ha de brillar de gratitud. Hemos de dar las gracias por todo lo que somos. Manifestemos el amor y la gratitud que sentimos hacia todo los seres. Seamos capaces de hacer brillar esa rejilla con tanta gratitud, que se nos vea desde cualquier parte del universo, mostrando así nuestro amor a todos los seres.
Al Dios que está en el Fuego y que está en las aguas;
Al Dios que se ha difundido a sí mismo por todo el mundo;
Al Dios que está en las plantas de verano y en los señores de la selva;
A ese Dios Adoración, adoración
Invocación extractada del libro “Tratado sobre el Fuego Cósmico”
Este libro trata sobre la estructura subyacente de enseñanza oculta para la era presente y con aquellos vastos procesos cósmicos reproducidos a través de todas las áreas de la vida, desde un universo a un átomo. Una amplia sección del libro realiza una exposición detallada del Fuego Solar, el Fuego de la mente, puesto que esta es la energía dominante que debe ser comprendida y controlada durante este segundo Sistema Solar. Entre otros valores, el libro provee un compacto delineamiento de un esquema cosmológico, filosófico y psicológico, por lo que sirve con referencia básica y como libro de texto.