Es fácil percibir el Chi, porque nosotros somos un sistema abierto para la energía que ingresa en nuestro cuerpo, fluye por él y sale hacia el ambiente. Por estar integrados a este tránsito del Chi, podemos reconocer sensaciones de comodidad o de incomodidad cuando ingresamos a un lugar. Bastará con prestar atención a cómo se siente nuestro cuerpo al entrar en un nuevo ambiente. Edificios, casas, negocios, barrios, países o ciudades generan distintas sensaciones físicas y movilizan emociones.
Algunas indicaciones para ser más receptivo:
✓ Haga un registro inmediato de la energía del lugar, así evitará el acostumbramiento a la nueva energía.
✓ No haber percibido el Chi de un lugar no significa que no nos afecte. Puede ocurrir que nos hayamos acostumbrado a esa zona energéticamente enferma.
✓ Confíe en sus sentimientos. Los polos magnéticos, los colores, la distribución de muebles y aberturas influyen profundamente en nosotros.
✓ Si, al ingresar a un lugar, su atención se desvía a lo que ve por las ventanas, es posible que el Chi esté saliendo del lugar y el espacio sea pobre en energía. Puede ocurrir en viviendas rodeadas de espacios arbolados y mucho cielo.
✓ En los ambientes oscuros de una casa, el Chi puede ser excesivamente Yin. Si lo percibe como muy depresivo, bastará utilizar colores vibrantes, agregar luces y cuadros con la imagen del sol (símbolos Yang).