"El mundo mineral se caracteriza por su inmovilidad. Los árboles
crecen, pero permanecen atados al suelo. Los animales se
desplazan y algunos tienen la posibilidad de ejecutar una gran
variedad de movimientos; pero estos movimientos están dictados
por el instinto. Sólo el ser humano, debido a que posee la
conciencia, es capaz de controlar sus movimientos y de darles
también un sentido. Es de esta forma que cada gesto que hacemos,
cada palabra que pronunciamos puede tener un impacto en el plano
espiritual.
crecen, pero permanecen atados al suelo. Los animales se
desplazan y algunos tienen la posibilidad de ejecutar una gran
variedad de movimientos; pero estos movimientos están dictados
por el instinto. Sólo el ser humano, debido a que posee la
conciencia, es capaz de controlar sus movimientos y de darles
también un sentido. Es de esta forma que cada gesto que hacemos,
cada palabra que pronunciamos puede tener un impacto en el plano
espiritual.
A menudo, concentrarse, meditar, rezar no es suficiente: para
despertar los poderes del espíritu, necesitamos un punto de
partida en el plano físico. Y este punto de partida puede ser el
gesto, la palabra. El gesto y la palabra siempre tienen un poder
mágico: a través de ellos, desencadenamos en el mundo invisible
corrientes que contribuyen a la realización en la materia. "
despertar los poderes del espíritu, necesitamos un punto de
partida en el plano físico. Y este punto de partida puede ser el
gesto, la palabra. El gesto y la palabra siempre tienen un poder
mágico: a través de ellos, desencadenamos en el mundo invisible
corrientes que contribuyen a la realización en la materia. "