"El desaliento que en ocasiones experimentamos, es una señal de
que el lazo que debe existir entre nuestras dos naturalezas,
terrestre y celestial, se ha roto en nosotros. La naturaleza
terrestre es como una materia que la naturaleza celestial debe
vivificar e iluminar sin cesar. La naturaleza terrestre nos
arrastra hacia abajo, mientras que la naturaleza celestial nos
conduce hacia las alturas. Es por ello que, en el momento en el
cual la naturaleza terrestre consigue escapar del poder de la
naturaleza celestial, se produce en nosotros una caída, un
colapso.
Para mantener o restablecer el lazo entre nuestras dos
naturalezas, debemos, como los alquimistas, aprender a trabajar
con el fuego. Es el fuego, el fuego sagrado del amor divino que
une nuestra naturaleza inferior con nuestra naturaleza superior,
a condición de que nunca dejemos de soplar sobre él. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
que el lazo que debe existir entre nuestras dos naturalezas,
terrestre y celestial, se ha roto en nosotros. La naturaleza
terrestre es como una materia que la naturaleza celestial debe
vivificar e iluminar sin cesar. La naturaleza terrestre nos
arrastra hacia abajo, mientras que la naturaleza celestial nos
conduce hacia las alturas. Es por ello que, en el momento en el
cual la naturaleza terrestre consigue escapar del poder de la
naturaleza celestial, se produce en nosotros una caída, un
colapso.
Para mantener o restablecer el lazo entre nuestras dos
naturalezas, debemos, como los alquimistas, aprender a trabajar
con el fuego. Es el fuego, el fuego sagrado del amor divino que
une nuestra naturaleza inferior con nuestra naturaleza superior,
a condición de que nunca dejemos de soplar sobre él. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov