La Vía del Buda no conduce al paraíso.
Consiste sencillamente en no extraviarse con quimeras y en no volverse loco. Practicar la Vía significa simplemente descongestionar la cabeza. Se trata de amasar a fondo los conceptos rígidos e ideas persistentes que tenemos en la cabeza. Sólo cuando no nos aferremos a absolutamente ninguna cosa tendremos una “mente suave y dócil”.